La jueza de Garantías Celia Maldonado cerró ayer formalmente la investigación que se inició el 24 de octubre pasado contra el agente de Policía Patricio Cerezo (26 años, 5 de antigüedad en la Fuerza) y así, dio vía libre para que ese policía sea juzgado.
Fiscalía lo acusa de haber violado a una joven empleada de comercio que fue pareja suya durante 2 años, en un contexto de sometimiento y violencia de género. Y ayer, el fiscal coordinador de la UFI CAVIG, Roberto Ginsberg, reiteró que buscará un castigo de 12 años de cárcel para Cerezo, quien pasó un tiempo preso pero luego fue excarcelado.
El policía siempre negó los hechos. Defendido por Fernando Bonomo e Ivana Salas, habló de sexo consentido y dejó claramente insinuado que aquella madrugada ella pudo haber estado drogada y por eso pudo autolesionarse.
Para la Fiscalía, sin embargo, el informe médico, testigos, los registros de cámaras de seguridad, una prueba de ADN, las capturas de los insultantes y denigrantes mensajes por Whatsapp que envió el policía y el informe psicológico de la víctima, a la que se describe como sumisa y con miedo a Cerezo por ser policía (a él se lo describe como alguien dominante), son evidencias contundentes de que no existió ningún consentimiento. Según Fiscalía, el agente sometió con violencia a esa joven de la que se había separado unos 6 meses antes de la denuncia.
Aquella madrugada, Cerezo pasó a buscar a la joven por un boliche. Y, según Fiscalía, comenzó insultarla y denigrarla cuando supo que había estado con un amigo. La llevó a su casa, pero allí la violó a pesar de que ella intentó resistirse.