Puertas adentro de la conducción de la Policía de San Juan hay un enojo mayúsculo con un efectivo que denunció una suspuesta golpiza y el robo de su arma, pero al parecer sólo se le había perdido y mintió para evitar un castigo interno que, de comprobarse esta maniobra, ahora lo tendrá pero con más rigor.
El oficial subinspector Iván Uriel Gramajo (30), quien cumple funciones en la Comisaría 5ta, ingresó en la noche al Hospital Rawson con lesiones leves en su cuerpo y dijo que fue en el interior en el interior del Sector III del Asentamiento Pedro Echagüe tras enfrentarse con ladrones, todo esto sucedido alrededor de las 20:50. Y que en ese mismo lugar, agregó, le robaron su arma reglamentaria.
Pero lo que parecía un simple caso, tuvo un giro rotundo que dejó mal parado al efectivo policial. Es que se presentó alrededor de las 23 -tras terminar su horario laboral- un hombre en la sede de la Comisaría 29na contando que a las 14 de ese mismo martes vio desde su camioneta caer un objeto a un policía que circulaba en moto y que al acercarse constata que se trata de un arma, la cual llevó a la Seccional. El relato del ciudadano fue tan preciso que permitió constatar que efectivamente se trataba de la moto de Gramajo.
Con este testimonio, se echaría por tierra la versión de Gramajo que el arma le fue sacada en la pelea con los delincuentes y, más grave aún, en las altas esferas de la Policía se duda si efectivamente ese operativo ocurrió en las formas que lo contó el oficial inspector de la 5ta.
Este viernes se inició una investigación interna por parte de la Subsecretaria de Inspección y Control de Gestión de la Seguridad Pública para saber si Gramajo infringió el Reglamento del Régimen Disciplinario Policial nqueriendo engañar a sus superiores.