Policía y, aparentemente, también estafador. Esa era la supuesta doble vida de un agente que hace más de dos años que no trabajaba en la fuerza por enfermedad, encima cobraba, y que en su tiempo libre supuestamente salía a embaucar gente con el "cuento del tío". Su pantalla era la del vendedor de dulces que iba casa por casa y, aprovechando la menor distracción, parece que engañaba a sus clientes con el mismo dinero que le pagaban. Dos personas lo denunciaron por quedarse con 200 pesos, y ahora el agente de policía junto a un cómplice están presos en Caucete.

La maniobra era simple. En las dos denuncias, cada damnificado aseguró que les pagó con 100 pesos, pero aprovechando la menor distracción, los vendedores después le decían que sólo había dado 2 pesos. Eso hacía confundir al cliente y lo dejaban con la duda, mientras tanto los ambulantes se marchaban con su dinero.

El policía en cuestión es el agente Mauricio Gastón Derel (33), quien cayó junto a Cristian José Bustos (27) por presunta defraudación, indicó un jefe policial. Ambos son del Bº Güemes, Rawson, y fueron apresados el sábado último por uniformados de la Seccional 9na. Según fuentes de la Central, Derel trabajaba en la Seccional 6ta. y hace más de dos años que tiene carpeta médica -argumenta tener depresión, dijeron-. En la actualidad, está a la espera del retiro.

Derel y Bustos se aparecieron el sábado al mediodía por la casa de la docente Esther Clevers, en Bº Justo P. Castro I, Caucete, ofreciéndole dulces artesanales de Barreal. "Costaba 25 pesos cada frasco. Me pareció caro, pero les dije que me dejaran dos", contó la mujer. Se metió a su casa apurada y sacó 100 pesos para pagarles. "Les di el billete y entré a dejar los dulces. Cuando salí a buscar el vuelto, me dicen: señora, nos pagó con 2 pesos. ¿Cómo, si yo les di 100?, respondí. Y ellos insistían, mostrándome un billete de 2. Entré a dudar, pensé que como soy distraída a lo mejor entregué mal el dinero. Los tipos me pidieron los dulces, me entregaron esos 2 pesos y se fueron. Quedé con la intriga y volví a revisar la cartera. Ahí confirmé que me faltaban los 100 pesos. Era el único billete de 100 que guardaba", explicó.

Descubierto el engaño, persiguió a los vendedores. Quería que le devolvieran su plata. Los hombres negaban todo. Empecinada, los siguió a cada casa que iban. "Y les decía a los vecinos: No les compren, estos son unos ladrones. Me acaban de robar 100 pesos", contó la docente. Como a 6 cuadras, llegaron a la casa de la familia Gómez. Cuando los sujetos hablaban con la dueña, de nuevo apareció Esther increpándolos. En ese instante salió a la puerta don Gómez -pidió no dar su nombre- y, al ver a los vendedores, se desencajó: "Ladrones, sinvergüenzas, estafadores", les largó, furioso. Se acordó que un mes atrás, estos mismos sujetos le vendieron un dulce y le quitaron 100 pesos con el cuento del billete de 2. El hombre agarró su teléfono y llamó a la Seccional 9na., a todo eso los vendedores se fueron caminando. Esther, más convencida, los persiguió por un largo tramo. Por detrás iban los hijos de Gómez. En la ruta 141, llegó un patrullero e interrogó a todos. Gómez y Esther les contaron sobre el engaño. Un policía preguntó a la mujer si se acordaba la numeración de su billete. Ella dijo no, pero recordó que sus 100 pesos tenía escrito con birome el "35". Cuando revisaron a uno de los vendedores, le encontraron 600 pesos. Entre esos billetes estaba el de 100 con el "35", dijeron. También llevaban otro de 100 falso. Con eso, llevaron preso a Bustos y Derel, quien resultó ser policía.