Para el juez de Garantías, Matías Parrón, no se acreditó que el cabo Leandro Abel Barrios (32) se fugaría o entorpecería la investigación que lo tiene en la mira por un presunto hecho grave: haber violado a una joven en Caucete el último domingo en la madrugada. Por eso ayer no accedió a dejarlo con prisión preventiva por un año como lo pedía el fiscal Mario Panetta Soppelsa (UFI Cavig) y lo liberó con la condición de presentarse cada vez que sea citado y no molestar ni acercarse a la víctima. De todos modos, accedió a imputarle el delito de abuso sexual con acceso carnal y le otorgó a Fiscalía un plazo de 8 meses para investigarlo.

Barrios lleva más de 10 años en la Fuerza y su último destino es el Depósito Judicial de 9 de Julio. Había sido denunciado minutos antes de las 21 del domingo por la joven de 23 años, a la que había conocido personalmente en la madrugada de ese día, cuando estuvieron reunidos con un amigo en común en Caucete. Según la denuncia, unos días antes Barrios había enviado una solicitud de amistad por una red social y hasta conversó con la joven antes de esa juntada, que terminó con ambos solos ya que, al volver de San Martín y haber tomado algunos tragos de fernet, el otro joven los dejó pues tenía que trabajar.

Según Fiscalía, la joven relató que esa madrugada ambos partieron en el auto del efectivo rumbo a Capital, pero antes del puente de Caucete él comenzó a tocarle una pierna, lo que la incomodó, al punto de querer tirarse del auto en movimiento, situación que el imputado impidió tomándola de los pelos.

Según ese relato, cuando retornaban hacia Caucete, Barrios se desvió y tomó hacia el sur por calle San Isidro hasta llegar a un callejón, donde le dijo: ‘Quedate quieta, no digas nada’, antes de someterla sexualmente y dejarla abandonada en ese sitio.

 

OTRA VERSIÓN

Barrios, sin embargo, negó haber cometido un ataque sexual y habló de que todo fue consentido. Ayer dijo que, tras la partida del amigo en común, acordaron ir a un hotel por horas pero no ingresaron porque no tenían sistema para cobrarles electrónicamente. Que entonces convinieron ir a cualquier parte en su auto, lo que así sucedió pero no en calle San Isidro sino en la Enfermera Medina. También negó haberla abandonado, pues aseguró que la llevó y se despidieron con un beso.

Además, sumó a su relato la supuesta prueba de que hay una trama para perjudicarlo. Ante el juez, el policía dijo que ese mismo domingo recibió en su teléfono mensajes de la joven, en la que le anticipaba que lo iba a denunciar y le pedía perdón, explicándole que una mujer la había amenazado para acusarlo.

Para el defensor, Julián Gil, esa es la evidencia más contundente de que hubo una falsa denuncia contra su cliente, por eso ayer le pidió al juez que ordene realizar una pericia telefónica ‘urgente’. Según el letrado, la joven denunciante incurrió en ‘numerosas contradicciones’ y está convencido de que con el avance de la investigación, se ‘sabrá la verdad’.