Esa vieja y gran estructura de cemento, que alguna vez fue un pasante o puente, no estaba en los cálculos. Es más, se encontraba enterrada, a centímetros de donde los obreros abrían la zanja para las cloacas. Aparentemente creyeron que no era peligrosa. Pero cuando menos lo esperaban, la tierra cedió y ese pesado bloque cayó encima de uno de los trabajadores que estaba abajo, aplastando casi todo su cuerpo. No murió por poco, pero sufrió diversas heridas que anoche lo tenían entre la vida y la muerte.

Manuel Vargas, de 56 años, soportó en su cuerpo varios cientos de kilos de concreto, de aproximadamente 12 metros de largo y 1 de diámetro, según contó un obrero. Fue rescatado inconciente y grave minutos después de las 18 de ayer, en la obra del futuro barrio Lagares, sobre calle General Acha, pasando 5, Rawson, comentaron sus propios compañeros.

El obrero era uno de los que trabajaba en esa zanja de 80 centímetros de ancho por 2,50 metros de profundidad. Ellos habían visto, mientras cavaban, esa antigua estructura de cemento que apareció al borde de la fosa y a media altura, según explicaron. "Parece que era un viejo puente o un pasante que habían antes y que quedó enterrado", relató Andrés Aballay, otro trabajador.

Vargas estaba solo abajo, justamente encofrando o "apuntalando" las paredes de la zanja para evitar desmoronamientos, cuando supuestamente se produjo un derrumbe y el inmenso trozo de cemento se le vino arriba suyo, según las versiones. El obrero quedó aplastado. Sus compañeros no podían mover ese gran bloque. Tuvieron que utilizar dos máquinas retroexcavadoras para levantar la estructura y así lograron rescatar a Vargas. Minutos después fue llevado al Hospital Rawson. Tenía lesiones en el tórax, especialmente en los pulmones, también en la zona abdominal y golpes en la cabeza, informó la policía. Anoche, lo trasladaron a terapia intensiva de un sanatorio privado.