Uno tiene 12 años. El otro 14. Ambos son primos y una travesura pudo acabar con la vida de uno de ellos. Ocurrió en la casa de su bisabuela en Caucete, cuando el más chico se puso a revisar un modular y encontró un viejo revólver calibre 22 entre unos papeles. El mayor llegó, se lo quitó y sin querer, disparó el único proyectil que tenía esa arma. La bala ingresó por el costado izquierdo del pecho del más chico, rozó uno de sus pulmones y se detuvo en un omóplato. Por fortuna, la herida no fue tan grave y ayer ese jovencito continuaba recuperándose en el hospital de Niños, contó ayer Cruz Moreta (57), abuela de los jovencitos.
Todo ocurrió el lunes a las 17:30 en la casa de la madre de la mujer en el barrio Pie de Palo, Caucete. Moreta había llegado el fin de semana último desde Mendoza para cuidar a la anciana porque está muy enferma y con ella vinieron sus dos nietos de Córdoba, de 12 y 14 años. Los chicos estaban en la vecina provincia de vacaciones, indicó.
Cuando todo pasó, Moreta dijo que regaba el patio y mandó al mayor a prender una estufa. A los minutos, escuchó un estruendo. Entró desesperada y se topó con una imagen horrible. El menor de sus nietos estaba con el buzo levantado y con un punto sangrante en el pecho. El otro, corría y lloraba sin parar, precisó. "¿Qué pasó?, le pregunté al mayor y ahí me dijo que el otro había encontrado el revólver en el modular. Él vino, agarró el revólver y sin querer le disparó, me contó", dijo la abuela. Por fortuna en el hospital, luego le dijeron que estaba fuera de peligro.
"El arma era de mi padrastro y tenía una sola bala. Es más, antes no funcionaba. ¿Cómo no los vi antes?, si lo hacía se las quitaba y esto no pasaba", decía ayer angustiada, una y otra vez.
El menor que disparó es inimputable. Y la tenencia del arma es investigada en la comisaría 9na.

