El curioso nombre, ‘Los Fugitivos’, fue más bien una ironía convertida en marca a causa de una disolución comercial ocurrida unos 20 años atrás. Ayer, Maximiliano Martín (40) contó que, por esas épocas, él y su hermana habían roto relaciones con otras dos socias en un emprendimiento común y que de esa desvinculación surgió el cartel que los identificaría como nuevo comercio en Libertador al 4535 Este, unos 80 metros al Este de la calle Balcarce, en el departamento Santa Lucía.

‘Le pusimos así con mi hermana porque teníamos dos socias con las que las cosas no salieron bien y nos echaron, pero salieron a tratarnos de fugitivos. Ahora deberíamos ponerle el quemado’, dijo entre risas Martín, pero con las manos ennegrecidas, mientras comandaba la limpieza de esos 70 metros cuadrados, convertidos en una masa negra, con techos derrumbados, esqueletos de estanterías, heladeras y aparatos destrozados o dañados por la altísima temperatura y con los restos de mercaderías y otros escombros aún despidiendo un humo que invadía la avenida Libertador.

El incendio fue incontrolable a pesar de que justo en frente del local tienen base los Bomberos Voluntarios de Santa Lucía, que fueron los primeros en combatir el siniestro, pero su esfuerzo no alcanzó.

Durante dos décadas, ese comercio había crecido hasta convertirse en un minisupermercado en el que, salvo carne, se vendían comestibles, bebidas, pescados y hasta fiambres. Con el tiempo, también, los hermanos disolvieron su sociedad y ahora el comercio era principalmente propiedad de Maximiliano Martín, quien lo administraba con su esposa y madre de sus cuatro hijos.

Según Martín, todo pasó alrededor de las 6 de la mañana de ayer, cuando el matrimonio que habita un departamento construido sobre el supermercado (la mujer también era empleada en ese comercio), empezó a percibir olor a humo. Cuando salieron a ver, se toparon con que el problema estaba en el interior de ‘Los Fugitivos’ y no tuvieron que esperar mucho porque justo en frente tienen la sede los Bomberos Voluntarios de Santa Lucía.

Esos voluntarios fueron los primeros en empezar a combatir el siniestro, hasta que se sumaron los bomberos del Cuartel Central de la Policía y le pusieron fin a las llamas.

Sin embargo, el esfuerzo de los bomberos sólo sirvió para evitar que el incendio se propagara a viviendas vecinas, porque en el local comercial de Martín nada pudo salvarse.

Según el comerciante, el fuego se inició por un cortocircuito y dejó inhabitable el departamento, porque el techo del local comercial, a su vez piso de la casa, es de machimbre y quedó totalmente destruido.

‘Esto es un golpe muy duro… teniendo en cuenta el daño en la estructura del local y las pérdidas en mercadería, que fueron totales, calculo que hemos tenido un perjuicio de por lo menos 20 millones de pesos’, estimó ayer Martín.

Y concluyó: ‘Vamos a intentar ponernos de pie otra vez, con trabajo, no queda otra’.