Ramón Maturano contó que volvían en su vieja camioneta por la ruta 270, cuando vieron la densa humareda a lo lejos. Su hermano Bartolo, que iba a su lado, comentó: ‘compadre, parece que algo se está quemando en el barrio, ¿será una casa?’. A medida que se acercaban, empezaron a observar de dónde venía el humo, hasta que en un momento Bartolo miró alarmado a Ramón y le dijo, ‘¡es tu casa!’. A los segundos, éste último encontró a su mujer envuelta en una crisis de nervios y a sus 5 hijos desesperados tratando de apagar el fuego junto a los vecinos. Poco pudieron hacer, la construcción de caña y adobe y todo lo que tenía la familia fue devorado por las llamas en poco más de media hora, aseguraron.

El incendio se desató pasadas las 22 del lunes en la casa de la familia Maturano en ruta 270, metros al Norte de Divisoria, en Villa Palacios, Caucete, y fue originado por un cortocircuito en un prolongador, de los llamado ‘zapatilla’. No sólo ellos la pasaron mal, también se llevó un susto Margarita Calderón (81), la mamá de Ramón, que tuvo que ser evacuada de su casa (una casilla de cartón prensado y chapa, entregada por el municipio) situada en la parte de adelante del lote, ya que el fuego afectó una pared.

Ramón Maturano relató que su mujer Viviana tomaba mate en la vereda y sus hijos, de 4, 7, 11, 14 y 15 años, estaban fuera de la casa. En esos momentos se inició el incendio por esa ‘zapatilla’ que colgaba del techo, en la pieza del dormitorio de la pareja. El fuego arrasó con las tres habitaciones y la cocina comedor, destruyendo muebles, numerosos electrodomésticos, toda la ropa de la familia y la propia construcción puesto que el techo se vino abajo. ‘Por suerte, nadie salió lastimado, pero nos quedamos sin nada’, afirmó Ramón Maturano.