‘Salí de trabajar como a las 7. De ahí fui a la casa vecina y desagoté la mitad de la pileta. Emmanuel me dijo que iba a terminar de vaciarla y estuvo yendo y viniendo a nuestra casa. Pero pasó un rato y no regresaba. Cuando fui a verlo, lo encontré muerto’. Aún shockeado, Raúl Ángel explicaba la dramática escena con la que se topó ayer cuando fue a la casa de un vecino suyo de Santa Lucía y encontró muerto dentro de una piscina a su hijastro de 17 años. El hombre y la Policía explicaron que el muchacho había ido a terminar de desagotar la pileta usando una bomba sumergible y todo indica que ese artefacto le dio una descarga eléctrica que lo mató en el acto.

La víctima se llamaba Emmanuel Alejandro Riveros (17), era el mayor de tres hermanos y vivía junto a su madre y su padrastro en una casa situada en calle Balcarce, 300 metros al Sur de Benavídez, en El Mogote, Santa Lucía. Un pariente del fallecido, que pidió no ser identificado, comentó que a esa vivienda se la prestaba el dueño de la finca, un abogado de apellido Gabri, y además, ese hombre, le pedía a Ángel que le haga mantenimiento en la casa de fin de semana que tiene en ese predio.

Ángel explicó que sus vecinos le habían pedido que vaciara la pileta y como ayer salió extenuado de su trabajo en una fábrica de plásticos de Chimbas, Emmanuel le dijo que se iba a encargar de terminar. El joven estuvo regando con la misma agua de la piscina el pasto que rodea la casa del abogado y hasta estuvo un rato con su hermano de 13 años. Luego el niño se fue y la víctima se quedó a vaciar la piscina.

Antes de las 16, la muerte sorprendió al muchacho. La versión policial indica que en la pileta quedaban unos 30 centímetros de agua y Riveros estaba descalzo. Al parecer, cuando tocó el aparato recibió una descarga que lo fulminó y le produjo quemaduras en el cuello y en los brazos. Al rato, su padrastro fue y lo encontró muerto junto a la bomba, que aún succionaba el poco líquido que quedaba en la pileta.