Baja el sol y la fiesta se pone en marcha alrededor de las heladeritas y al ritmo de la música que disparan los parlantes bluetooth. Cientos de jóvenes estiran la playa hasta que se extinguen las últimas luces de la tarde. No había oscurecido aún cuando, en el after beach que se arma en la arena de Playa Grande un joven protagonizó una violenta escena: exhibió sus genitales, manoseó a una chica y la orinó. 

 

Fue pasada las siete de la tarde y hubo muchos testigos que al ver lo que ocurría repudiaron al joven, de quien dijeron que estaba "visiblemente exaltado". La Policía lo localizó y lo detuvo, y ahora está detenido en la alcaidía de Batán imputado de "abuso sexual simple". Tiene 22 años. 

 

De acuerdo a fuentes del caso, la víctima, de 26 años, y un amigo, divertidos, bailaban en la playa cuando apareció el agresor. Se bajó el short y mostró sus genitales, y de pronto se abalanzó sobre una joven, a quien manoseo y tocó con su miembro, orinándola.   

 

Cuando otros advirtieron lo que estaba ocurriendo, el agresor se alejó caminando hacia la orilla del mar. Al parecer, en el camino, tomó por la fuerza a otra mujer e intentó besarla.  

 

Pero el amigo de la primera de las chicas agredidas no quiso que las cosas quedarán así y llamó al 911. Agentes del Operativo Sol que recorren las playas la entrevistaron a la joven víctima y lograron localizar al depravado, quien seguía en la misma playa. 

 

Lo aprehendieron y notificaron al fiscal de Flagrancia, Eduardo Amavet. Los policías no consiguieron localizar a la segunda víctima, tampoco pudieron establecer si antes el exaltado muchacho había atacado a otras personas. 

 

Su aprehensión se convirtió en detención, y el fiscal le imputa ahora el delito de "abuso sexual simple". Por ahora, permanece alojado en la Alcaidía de Batán, el mismo lugar donde desde el 1° de enero permanecen detenidos los cinco amigos imputado de "abuso sexual con acceso carnal agravado" contra una chica de 14 años, en un camping de Miramar.