
Candela Gaitán (18) recordó que era como la una de la tarde de ayer cuando su abuela Yolanda le pidió ir a comprar las cosas para hacer el almuerzo. Y estaba en ese trámite a la vuelta de su casa en la Villa Nueva Argentina, Rivadavia, cuando le avisaron de algo que nunca habría querido escuchar: su precaria casa estaba en llamas y Alma Blanes, su hija de 11 meses, no aparecía. Fue un primo de la joven, Karin Montiveros, el que notó, ya cuando las llamas habían destruido todo, que el cuerpo de la pequeña estaba entre los escombros. Lo levantaron enseguida y lo llevaron a mil hasta una ambulancia, pero un médico constató que nada se podía hacer.
Según Candela, que también es madre de Ticiano (4 años) y Lorenzo (2 años y 11 meses), cuando ella salió la beba había quedado con el mayor de sus hijos. Y la versión de sus familiares es que ese niño corrió a avisarle a Yolanda que la casa estaba en llamas con la beba adentro. Y que luego le dijo a la Policía que él jugaba con un encendedor cuando el fuego se propagó por la pequeña habitación donde estaba la nena a la que, al parecer, quiso salvar pero se le cayó al piso.
Todo pasó en Charcas al 2170 Sur de la Villa Nueva Argentina, en Rivadavia. En ese predio, hay tres casas: la de la abuela Yolanda en el frente, la de su hija Fany que vive con Candela, su pareja y sus hijos. Y otra al fondo, donde vive otra hija de la anciana y su familia. Cuando el fuego se inició, los vecinos colaboraron con agua de los tanques, desde los techos, para combatirlo, hasta que finalmente lo extinguieron bomberos de Rawson a cargo del principal Esteban Luna.
