Un incendio causado por un cortocircuito destruyó prácticamente todo lo que había en el departamento de una familia, y por muy poco no desató una desgracia mayor, porque un nene de 5 años estuvo cerca de ser alcanzado por las llamas.
Todo ocurrió alrededor de las 6.30 de ayer. El departamento está ubicado en un primer piso, en el 119 (O) de la calle Liniers, en el Barrio Güemes de Rawson. Allí alquilaban hacía un año y seis meses Alexander Vicentela (26), su pareja Macarena Echegaray (27) y sus dos hijos, de 5 y 3 años.
"Estábamos durmiendo cuando los vecinos nos tocaron el timbre. Cuando abrí los ojos vi todo oscuro. Le digo a mi marido: "Ale, parece que afuera se está prendiendo fuego algo y se nos está metiendo el humo". Y en eso que nos levantamos vimos que salían las llamas de la pieza de mi hijo", relató Echegaray, con el cabello chamuscado y las manos tiznadas. La pareja estaba descansando en el comedor, donde tenían el aire acondicionado. Con ellos estaba el pequeño de 3 años. Ese momento fue dramático, porque no sabían nada del otro. "Me metí a buscarlo, no lo dudé. El colchón estaba todo prendido fuego y no encontraba a Valentino. Estaba desesperada, pero miré para atrás y estaba mi marido con él. Después nos ha contado que se ha despertado porque había humo y se ha ido a acostar al comedor. Se ha salvado porque ha tenido el instinto de salir, porque si se apabullaba se me quemaba vivo", dijo la joven, que estudia para ser policía. Su pareja es empleado de comercio y ahora quedaron en las ruinas, porque las llamas destruyeron todos los muebles, electrodomésticos y otras cosas menores. "Una vez que sacamos a los niños intentamos entrar para salvar algo, pero fue imposible. En un segundo perdimos el televisor, un equipo de música, la heladera, el lavarropas, el aire, la mesa y las sillas, toda la ropa, las camas, el termotanque… no nos ha quedado nada, se quemó el esfuerzo de años", señaló.
El incendio se inició en la habitación de Valentino, por un cortocircuito en un tomacorriente. Y se extendió a la pieza de la pareja, al baño y a la cocina-comedor, dejando a su paso todo reducido a chatarra.
Ayer la familia evaluaba a dónde ir, porque según las pericias de Bomberos, la propiedad no se puede habitar porque el techo de machimbre se puede caer y porque los muros quedaron debilitados. "Mis hijos me preguntan por sus juguetitos… yo les digo que ya se los vamos a sacar. Me parte el alma", cerró la chica, entre lágrimas.