Los ladrones sabían que Guido Romagnoli (35) manejaba grandes sumas por sus negocios en la construcción y el mundo inmoviliario. Y ayer a la 1 lo fueron a buscar a su departamento del séptimo piso del Barrio Nueva Córdoba, en pleno centro de esa provincia. Armas especiales y siete delincuentes con mucha experiencia, parecían augurar el éxito del golpe. Pero un vecino los delató y el resultado fue sangriento y letal: un policía fue asesinado cuando llegaba al edificio y otros tres compañeros salieron heridos. Y entre los delincuentes hubo dos que murieron en un cruce posterior con otros uniformados que llegaron de apoyo, otro fue detenido y cuatro lograron escapar con un gran botín: unos $200.000 en efectivo y alrededor de 2.800.000 en cheques, informó Télam.
Los ladrones son viejos conocidos de la Policía de Córdoba. El detenido es Diego Alberto Trimarchi (32), con un frondoso prontuario, igual que sus cómplices fallecidos: Ricardo Serravalle (54) y Rolando Ricardo “El Ciego” Hidalgo (59).
Los tres y el resto de los delincuentes intercambiaron 120 balazos con los uniformados que llegaron con intenciones de apresarlos, en medio de la confusión y la conmoción en el concurrido centro capitalino.
Franco Ferraro (28), se llamaba el policía asesinado. Era oriundo de la localidad de San Carlos Minas, pertenecía a la Sección Especial Operaciones Motorizadas (SEOM). Provenía de una familia de policías y hacía 6 años que integraba la fuerza. Tras su deceso, el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, decretó tres días de duelo y dispuso un ascenso extraordinario a la jerarquía de cabo primero de Ferraro, por “mérito”.