El juez de Instrucción Pablo Flores investiga si un joven de 27 años cometió grooming contra una chica de 14 años, a quien le daba en Santa Lucía (igual que a otros chicos) clases de ajedrez a través de un programa nacional complementario al cursado escolar llamado CAJ (Centro de Actividades Juveniles). Esta iniciativa está destinada a incentivar el regreso de los chicos a las aulas a través de actividades varias, como la tecnología, el deporte, el arte, la recreación, entre otras.
El grooming es una nueva modalidad delictiva que se incorporó al Código Penal con el artículo 131, vigente desde noviembre de 2013. Y, básicamente, reprime las maniobras preparatorias de un adulto a través de mensajes o cualquier contacto electrónico con un menor para lograr un vínculo emocional con él y consumar luego un delito sexual.
Textualmente el nuevo artículo establece que "se castigará con penas de entre 6 meses y 4 años al que, por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos, contactare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma."
La posible existencia de grooming ("acicalando" en español) surgió a partir de la denuncia del padre de la chica, el 29 de agosto pasado en el Anivi (Centro Judicial de Abordaje Integral de Niños, Niñas y Adolescentes Víctimas).
Según fuentes judiciales, esa vez el hombre denunció que había sorprendido en el teléfono de su hija mensajes por Whatsapp de alto contenido sexual desde el profesor de ajedrez hacia su hija. Incluso, se habla de que pudo haber envío de fotos y videos de los genitales del joven que la chica borró del teléfono.
En el mismo Anivi se creyó entonces que estaban ante un caso de grooming, y esa opinión provisoria se la hicieron saber a las autoridades judiciales que investigan el caso.
Justamente el juez Pablo Flores (Segundo Juzgado de Instrucción) es quien ya ordenó una serie de medidas de prueba para determinar la existencia del delito y la posible responsabilidad del denunciado.
Una pericia telefónica, la declaración de la chica en el Anivi y otras evidencias, servirán para saber si cabe o no indagar por grooming a ese joven.
Si acaso el magistrado confirma la sospecha de que existió delito, el sospechoso podrá pedir la eximisión de prisión, porque es excarcelable.
"Tuvimos unos cinco casos"
El director del Anivi, Sergio Cúneo, explicó ayer que desde que se inauguró ese centro integral para el abordaje de menores, en febrero pasado, se recibieron cerca de 300 denuncias por presuntos abusos contra niños. Y que de ese total, registraron "unos cinco casos" que se consideraron "grooming", es decir el contacto de un adulto con un menor, con fines sexuales, a través de vías electrónicas.