El juez de Instrucción Martín Heredia Zaldo volvió a procesar a un contador, que en abril de 2009 había sido denunciado por los abusos sexuales cometidos durante varios años contra dos hermanas que estaban muy ligadas a su familia, al punto de que él prácticamente vivía en casa de las víctimas. Abuso sexual gravemente ultrajante contra una de las jóvenes y abuso sexual con acceso carnal reiterado en perjuicio de la otra, desde que tenía 11 años, fueron los delitos atribuidos a Juan Eseiza. En ambos casos las maniobras comenzaron alrededor de los 8 años y se prolongaron hasta que las niñas fueron adolescentes, dijeron fuentes judiciales.
El caso fue denunciado el 16 de abril de 2009, cuando las hermanas tenían 17 y 16 años. Y desde entonces tuvo numerosas idas y vueltas: el 5 de junio de aquel año, el profesional fue detenido y el entonces un juez del 2do Juzgado de Instrucción, consideró probado que cometió delitos sexuales y lo procesó con prisión preventiva. Pero cuando su defensa apeló el tribunal de la Sala II de la Cámara Penal lo liberó por falta de pruebas, pasó el caso al juez del Tercer Juzgado de Instrucción y este lo sobreseyó.
El contador puede apelar y volverá a prisión sólo si el fallo en su contra queda firme.
Sin embargo la Fiscalía volvió a apelar al considerar arbitrario el fallo por no valorar prueba clave contra el imputado. Y otra conformación de la Sala II anuló el sobreseimiento y cambió otra vez el caso de juez.
Entonces la causa recayó en el Cuarto Juzgado de Instrucción. Y allí el magistrado volvió a dar por acreditado que los delitos sexuales existieron: una de las chicas comentó que comenzó a ser manoseada y sufrir otras prácticas sexuales entre los 7 y 8 años en el sótano de la casa, lugar en el que había revistas pornográficas que el imputado le mostraba. También dijo que al tener 11 años comenzó a ser violada y que esos ultrajes se interrumpieron cuando comenzó a menstruar. Su hermana dijo que a ella sólo la sometió a distintas prácticas sin llegar a violarla, entre los 8 y los 16 años. En ambos casos simuló juegos y las amenazó para que no contaran nada.
Eseiza negó de plano haber abusado de las hermanas, pero el juez consideró sus dichos poco creíbles.
La resolución del magistrado aún puede ser apelada por el contador a través de su defensa. Y sólo podrá ser detenido otra vez, siempre que el fallo en su contra quede firme.
Una joven de 22 años, embarazada de 3 meses, denunció el pasado lunes que un médico ginecólogo la hizo pasar un momento bastante desagradable en una clínica privada de Capital, a la que concurrió el último 27 de marzo para atenderse de un problema de exceso de flujo vaginal y terminó siendo interrogada por su vida sexual y, lo peor, manoseada en sus zonas íntimas. El fiscal Carlos Rodríguez ya le pidió al juez Guillermo Adárvez investigar (solicitó tomar testimonios, hacer pericias, entre otras pruebas) para saber si hubo o no un abuso sexual y si cabe o no apresar al profesional, dijeron fuentes judiciales.
Un jornalero de Caucete, de 69 años, empezó ayer a ser juzgado por los jueces Raúl José Iglesias, Juan Carlos Caballero Vidal (h) y Silvia Peña, por manosear durante un año e intentar violar a su hija desde que tenía 15 años.
El caso había sido denunciado en julio de 2014, cuando la chica se cansó de los ultrajes y le contó todo a una hermana mayor y a su mamá.
El acusado se negó ayer a dar su versión de los hechos. Había conseguido la prisión domiciliaria por enfermedad, pero el tribunal revocó esa medida cuando la Policía fue a su casa a controlarlo y no lo encontró.
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Publicado por Diario de Cuyo en martes, 10 de abril de 2018