Tiene 14 años y su conocimiento de la escuela Rosario Vera Peñaloza en América y Calle 11, en Rawson, resultó clave para poder ingresar al establecimiento y luego a la sala de computación para robar 12 netbooks, un router y cargadores. Lo descubrieron los policías de Médano de Oro cuando se pusieron a buscar pistas para esclarecer el caso y descubrieron que los ladrones de las computadoras no eran viejos conocidos en esas maniobras delictivas, sino tres menores de 15, 14 y 13 años de un asentamiento cercano a la escuela, que las habían vendido por la minúscula suma de 1.500 pesos o las cambiaron por tablets o celulares, dijeron fuentes policiales.
No resultó sencillo para los pesquisas dirigidos por el subcomisario Julio Aballay el principal Jorge Ríos recuperar todos los aparatos, pues luego de allanar las casas de los sospechosos, debieron también concretar operativos en Caucete, Rawson y Pocito para encontrarlas.
El hecho había sido denunciado por las autoridades escolares el pasado jueves, pero todo indica que el golpe fue perpetrado casi sin hacer daño el pasado 7 de febrero. Al parecer, los menores se metieron por las ventanas en las que no hay rejas y luego pasaron derecho a la Dirección donde estaban las llaves de la sala de computación.
Una vez adentro, se dedicaron a seleccionar sólo las computadoras que servían.
El caso no resultó sencillo para los investigadores porque es la primera vez que se topan con estos menores ligados a un robo, indicaron.
Luego de ser vinculados al proceso penal, un juez de Menores ordenó que los chicos fueran entregados a sus padres.
La razón tiene un fundamento legal: en Argentina, los menores de 16 años son inimputables, es decir que no pueden ser procesados ni condenados por cometer un delito por más grave que sea. A lo sumo, en casos extremos, si el chico es peligroso se ordena su internación para recibir un tratamiento con vistas a su recuperación.