Eran como las 6 de la mañana del 20 de junio pasado cuando Mauricio Ontiveros (31) transitaba por calle Uriburu de regreso a su casa en Villa Aberastain, en Pocito. Volvía en su auto de dejar a un amigo y estaba a poco de llegar a destino cuando lo interceptó un patrullero. No tener en ese momento la tarjeta verde -según su denuncia- fue motivo para que lo arrestaran y lo llevaran esposado, no de muy buena manera. Según fuentes oficiales, en su denuncia el joven aludió haber sido maltratado y atacado injustamente antes y durante su ingreso a la Seccional 7ma de Pocito, aunque la peor parte de esos supuestos apremios ilegales los sufrió en la zona de calabozos, donde tres de los uniformados recrudecieron esos golpes sin que pudiera hacer nada, pues estaba esposado, dijeron.
Con la denuncia del caso, el juez Pablo Flores (Segundo Juzgado de Instrucción) ordenó una exhaustiva investigación que tuvo un aporte clave del jefe de Policía, Luis Martínez. Según las fuentes, cuando supo de la existencia de las denuncias de Ontiveros, Martínez mantuvo una reunión con el juez y le aportó los videos del circuito de grabación en la seccional. Y en esas imágenes puede verse con claridad qué papel cumplieron los distintos policías implicados de alguna manera en ese operativo que de la rutina pasó a un escándalo.
Así -dijeron- se registró cómo tres de esos uniformados son los más complicados en esas imágenes porque se los ve cómo golpean al joven en la zona de calabozos. Otras imágenes aportaron también la inacción de al menos otro efectivo que vio lo que pasaba y no hizo nada, indicaron.
Esos videos, por ejemplo, no muestran al único oficial de servicio en la seccional que igual quedó preso, pues se sospecha que pudo saber del trato ilegal al detenido y no haber movilizado ningún mecanismo para impedirlo o denunciar.
Lo que más sorprende a los investigadores es que los policías atacaran al joven a sabiendas de que todo quedaría grabado en video. Ahora, el juez resuelve si siguen o no presos.