Una mujer caminaba impaciente de un lado a otro por los pasillos de la Terminal con el celular pegado a su oreja. "Hola!, hola!, ¿me escuchás?", eran las palabras que pronunciaba una y otra vez, pero nada. Otros insistían en la misma maniobra con igual resultado y otra vez a sentarse, ansiosos, masticando impaciencia. Otro hombre iba a cada rato a preguntarle insistentemente a los policías apostados en la playa del predio si no sabían por donde venían los viajantes: "lo único que sabemos es que pasaron El Encón", respondía a cada familiar el uniformado, mientras algunos de ellos insultaban al aire y se quejaban de la mala información que dieron algunos medios sobre la hora a la que llegaba del lastimado contingente. Eso era parte de lo que vivieron los familiares de la mayoría de los sobrevivientes de la tragedia que el último miércoles dejó seis muertos de la ruta 7, Córdoba, que esperaban ayer en la madrugada en la Terminal de ómnibus de Capital el regreso de sus seres queridos. Tras de 8 horas de viaje, 29 de los sobrevivientes (algunos con serias heridas) se reencontraron con su gente en medio de una gran emoción.
Ni a las 22 del jueves, ni a la medianoche ni a las 2 de ayer. Finalmente a las 3:30, el colectivo de que transportaba a 29 de los heridos del fatal accidente, arribó a San Juan. En el contingente viajó una enfermera santafesina y a la altura de El Encón, subió un médico que monitorearon a los pasajeros. Fue un viaje con los nervios de punta, porque varios pasajeros no querían viajar en la parte superior del micro: allí, viajaban las víctimas mortales cuando ocurrió el vuelco.
Unas horas antes, habían llegado las ambulancias que traían a 5 de los pasajeros más lastimados y que fueron derivados a dos clínicas privadas, comentó el abogado de "Blanca Paloma" y "Ducher", Antonio Falcón, quien además desmintió la versión de algunos medios sobre la supuesta llegada anticipada de heridos: "Ninguno de los heridos llegó el jueves en la mañana. Los 29 llegaron anoche y los más delicados lo hicieron en ambulancia, ninguno antes", dijo el letrado.
Antes del arribo, unos 40 familiares de las víctimas esperaban ansiosos y nerviosos la llegada a San Juan. Algunos fumaban y trataban inútilmente de llamarlos a sus celulares, porque hay muchos kilómetros de ruta donde no hay señal.
Después de una larga espera, los cansados y angustiados sobrevivientes, bajaron del micro y se estrecharon con sus familias en un fuerte e interminable abrazo rodeado de lágrimas y pocas sonrisas tras la odisea.

