Un coleccionista bonaerense fue procesado por un juez por traficar ilegalmente piezas arqueológicas de la provincia. Es la primera resolución judicial que se conoce por delitos de este tipo y tiene como único acusado a un hombre que fue detenido por Gendarmería Nacional en abril de 2010 en una zona próxima a Angualasto, en Iglesia, con seis puntas de flechas y dos piedras dentro de su vehículo 4X4.

El caso es inédito, dado que no hay antecedentes -al menos no trascendió públicamente- de causas penales anteriores por tráfico de piezas arqueológicas que hayan tenido un procesado y menos una condena. Esto también fue confirmado por Juan Salvo, al frente de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Provincia, quien dijo que en los 4 años de gestión es la primera vez que escucha que una investigación avance tanto.

El procesamiento, sin prisión preventiva, fue dictado por el juez Carlos Mateos de Jáchal (Segunda Circunscripción Judicial) contra Claudio Francisco Anea, un supuesto empresario de 65 años del partido bonaerense de Pilar. En su declaración, él reconoció que era coleccionista de objetos arqueológicos, algunos de los cuales tenía en su domicilio, pero negó ser un comerciante o traficante de esas piezas, según la causa judicial.

El magistrado le achacó el delito contemplado en el artículo 48 de la Ley Nacional 25.743, que trata la protección de Patrimonio Arqueológico y Paleontológico. Ahí se dice que será castigado con prisión de 2 meses a 2 años e inhabilitación especial de hasta 5 años el que transportare, almacenare, comprare y vendiere piezas de este tipo.

Claudio Francisco Anea fue detenido por Gendarmería la tarde del 23 de abril de 2010, en el paraje Los Médanos, cerca de Angualasto, Iglesia. Todo surgió por un rumor acerca de que un desconocido andaba en camioneta buscando restos de los antiguos pueblos originarios. Aquella vez, personal del municipio iglesiano alertó a los gendarmes y los acompañó a buscar al extraño visitante, hasta que avistaron a una camioneta Toyota Hilux cruzando a campo traviesa. Adentro viajaba Anea acompañado por los baquianos Héctor y Ricardo Torres.

En el vehículo hallaron herramientas e impresiones de páginas de internet del Parque Nacional San Guillermo, indica la resolución judicial. Lo más sorprendente es que en una bolsa llevaban 6 puntas de flecha de piedra de diferentes tamaños, una piedra ovalada y otro trozo de piedra, según se detalló. Los involucrados aseguraron que había ido hasta el paraje mina El Fierro y en el trayecto recogieron esos restos arqueológicos que estaban al costado del camino. Héctor y Ricardo Torres adujeron que sólo hicieron de guía. Anea también dijo lo mismo y se hizo cargo de haber levantado las piezas. En el caso de los baquianos, ambos fueron sobreseídos, mientras que Anea fue procesado.

Un dato que reveló la investigación, y que quedó en la nebulosa, fue que Anea había tomado contacto con los Torres tiempo atrás por intermedio de algunos gendarmes. Esto lo declararon los propios baquianos. Otro hecho curioso que relataron fue que un empleado del campamento de Medio Ambiente en esa zona, los acompañó -antes que los detuvieran- en aquella travesía junto a Anea por mina El Fierro.