Roque Daniel Gil (59) no lo dudó. Cuando le avisaron que estaba en llamas el departamento donde vive su hija con su esposo y sus tres chicos de 8, 6 y 2 años, llegó y se metió, convencido de que alguno de los niños estaba adentro. Pero no era así. Cerca de las 2 de ayer las llamas habían consumido por completo esa casa ubicada en el fondo de otra en el barrio Parque Rivadavia Norte, Rivadavia. Pero sus moradores, Eliana Gil (27), su marido Luis Arancibia (29) y sus niños habían salido, con lesiones y algo intoxicados, pero a salvo. Y Daniel no lo supo y se metió, sin importarle el humo tóxico ni las llamas ni nada. Los bomberos lo sacaron, se recuperó y quiso ingresar de nuevo, pero su corazón falló y se desplomó sin vuelta. Murió camino al hospital.
Daniel vivía con su mamá en el barrio Huazihul porque estaba separado de la madre de sus hijos, que vive en la casa del frente donde ocurrió todo.
Desde la propia familia afectada por el incendio y la tragedia, aseguraron ayer que todo pasó porque el hijo menor de Eliana, el nene de 2 años, jugaba con un encendedor. "Se lo quitaron, pero lo encontró y otra vez volvió a una habitación y prendió fuego en un acolchado", dijeron. Entonces hubo desesperación, porque en medio de las llamas el niño se acurrucó en una esquina de la misma habitación. Y al final, algunos se intoxicaron y se quemaron, como el papá del niño que sufrió lesiones en el 14% del cuerpo.
Bomberos voluntarios de Chimbas y de la Policía controlaron el fuego. Igual, las pérdidas fueron totales, pero eso era lo de menos. "Eliana cree que su padre murió por su culpa y todavía está en shock. La mantenemos alejada de las noticias para que no se sienta peor", contó ayer un familiar.