Los informes enviados desde el Ministerio de Educación y desde las escuelas, fueron contundentes: 8 de los 284 agentes de policía nombrados el 30 de marzo de 2010, no terminaron el secundario, requisito elemental para ser miembro de la fuerza. En principio, desde la jefatura de policía se habían denunciado 10 casos, pero al final se comprobó que dos de los investigados realmente habían terminado el secundario, precisaron fuentes de la investigación. Así, la situación quedó bastante más clara para los investigadores policiales y judiciales, porque en la policía el sumario interno está prácticamente terminado y con un pronóstico bastante desfavorable para los implicados (cinco hombres y tres mujeres), a quienes se los suspendió sin pagarles el sueldo, se les retiró el arma, la credencial y ahora quedaron a un paso de ser echados de la institución.

Y eso no es todo: los informes de las autoridades escolares son claves ahora para que desde el Segundo Juzgado de Instrucción se avance en la indagatoria de los sospechosos (les imputarían fraude y falsificación de documentos), algo que se esperaba con expectativa en la fiscalía dirigida por María Teresa Ravetti, para darles ‘respuestas a la sociedad’.

El escándalo de los títulos truchos había saltado por una investigación interna encarada en la fuerza por orden del jefe de policía Miguel González y lo hizo público el propio ministro de Gobierno, Emilio Fernández el 27 de julio del año pasado. Fue después de algunos datos que apuntaban a que algunos de los agentes habían falsificado uno de los requisitos elementales para ingresar: el título secundario.

Desde la policía aseguran que fue la primera vez que semejante anomalía se puso al descubierto en una institución clave para la seguridad y la prevención del delito. Y eso motivó el cambio inmediato en el chequeo de información presentada por todos los aspirantes a ingresar, ya que la anomalía básica detectada fue el título trucho, pero con un falso soporte de legalidad: la firma de un escribano.

Ahora, desde la fuerza se piden informes al Ministerio de Educación al momento de seleccionar a los aspirantes a policía.