"Tengo miedo de que salga de la cárcel, venga a buscarme y me termine matando. Es capaz de hacer cualquier cosa". Con un nudo en la garganta, Yésica Daniela Olmos (30) dijo que quedó aterrorizada después del violento episodio que vivió el sábado pasado, cuando su expareja y vecino, identificado como Luis Ignacio Romero (23, mendocino), la atacó en su vivienda de Caucete, la intoxicó con pastillas y alcohol y con un cuchillo amenazó con matarla. Todo, porque la culpa de que un juez evaluara y decidiera que no estaban en condiciones de criar a sus mellizos (hoy de 1 año) y les quitó la guarda. Olmos, aseguró además que varias veces fue humillada y golpeada por ese hombre, a quien en el 2017 lo denunció por abuso sexual y no sabe porqué estaba libre.
Eran las 15.30 cuando Olmos dormía en su humilde casa de abobe y cañas, ubicada en el barrio Sarmiento, en la zona de Las Talas. Allí vive con su madre, quien había salido. Y, según su versión, su expareja aprovechó que estaba sola, irrumpió en el hogar y fue directo a atacarla. "Cuando abrí los ojos lo tenía arriba y con sus manos me ahorcaba muy fuerte el cuello. Me decía que le diera los mellicitos, que era mi culpa que nos los hayan quitado", sostuvo la mujer y agregó que también le puso un cuchillo en la cabeza, amenazó con matarla y le dio tres cachetadas. "Antes de irse me dio cuatro pastillas blancas grandes, me hizo que tomara vino de una caja y me puso un polvo en la nariz", aseguró Olmos, quien a los pocos minutos se empezó a descomponer.
Fue un hermano el que llegó una hora después y se encontró con la mujer convulsionando en la cama. Estaba totalmente perdida, no se acordaba de nada y tampoco reconocía a sus familiares. La llevaron al hospital y una vez recuperada radicó la denuncia en la seccional 9na. Romero es empleado municipal y fue detenido por la Policía esa misma tarde y puesto a disposición de la Justicia.
Esta no fue la primera vez que Olmos sufrió maltratos de su expareja. Ahora, se abrió una nueva investigación por la denuncia de la mujer para comprobar cómo ocurrieron los hechos realmente, para saber si cabe o no atribuirle algún delito a su expareja.