Un joven de 31 años fue detenido en Tucumán, cuando pretendía vender varios artículos para practicar windsurf y kitesurf que -se sospecha- había robado y cargado en un vehículo de su patrón en el hostel ‘Rancho La Maral’, en Rodeo, Iglesia, junto con las cosas que sustrajo de la casa rodante que otro hombre había dejado en ese complejo. El monto de lo sustraído asciende a unos 70.000 pesos y fue recuperado (el vehículo aún no) cuando un policía de la Seccional 22da que dirige el comisario inspector Juan Andrés Avila y el comerciante Manuel Peñafort, descubrieron que todo el botín se ofrecía por internet en un comercio tucumano, dijeron fuentes policiales.
El robo se descubrió el 25 de mayo pasado, cuando Lucas Ferrari (31) llamó de Rodeo a Capital a quien le dio empleo como chef a principio de año, Peñafort, para decirle que se iba del hostel y viajaba de apuro a Santiago del Estero por el fallecimiento de su papá en un accidente. El imprevisto obligó al comerciante a cambiar de cuidador y fue ese nuevo empleado quien avisó de algunos daños sospechosos: como la rotura de una ventana de la casa rodante de Alejandro Caprio, de la que faltaban dos mástiles, dos quillas náuticas, un arnés y un chaleco de impacto, todo valuado en unos $20.000, según la Policía.
Y los daños en la puerta de un galpón de Peñafort, del que habían robado unas 12 cometas, dos tablas de windsurf, cuatro trajes de neopreno y un bolso para equipos, con un valor de unos $50.000 que fue cargado en una Renault Kangoo, aún no localizada. En la Seccional 22da dicen que Peñafort sospechó en el acto de Ferreyra, y que con un policía dio por internet con las cosas robadas. Entonces se pidió cancelar la venta (ya acordada) en Tucumán, y una comisión policial viajó para traer los objetos y a Ferreira, detenido por la Policía tucumana.