Desde hace dos años, Belén Pavón (25) vive un calvario: acoso y hostigamiento por parte de su expareja y espera hace 25 meses una medida de restricción perimetral de parte de la Justicia sanjuanina.
Todo comenzó en enero de 2019, cuando su ahora expareja, que trabaja en una minera, salió de la casa que compartían dejándola encerrada con su pequeña hija. “Fue horrible porque estuvimos con mi nena en el departamento desde las 7 de la tarde hasta las 4 de la mañana que a él se le ocurrió venir a abrirnos. Me daba vergüenza pedir ayuda a los vecinos, pero cuando llamé a la policía y conté lo que me estaba pasando justo él llegó, abrió y se fue. De todas maneras fui a la Comisaría 4ta y ellos me acompañaron a hacer la denuncia en la Comisaría de la Mujer”, relató Belén de manera angustiada.
Y continuó; “cuando estuve ahí me preguntaron si quería solicitar una perimetral y dije que sí, me indicaron que en tres meses me iba a llegar una citación para explicarle la situación de acoso al juez, y todavía sigo esperando”.
Luego de que la pareja se separara, el hostigamiento por parte de G.M.O. (27) se hizo constante. La víctima relató que desde su trabajo, en una oportunidad llamó a la policía denunciando que sus hijas corrían peligro de vida porque su madre quería suicidarse. “Vivía una situación espantosa, porque estaba durmiendo la siesta con mi hija cuando llegó la policía. Tuve que explicarles a ellos que la cosa era al revés, que mi ex era el acosador y el mentiroso. Nuevamente fui a hacer la denuncia a la Comisaría de la Mujer y volví a reclamar una perimetral, y todavía espero la citación para que se pueda concretar la medida”, dijo Belén.
Según el testimonio de la mujer, incluso dejó encerradas nuevamente a su expareja y su hija ya estando separados en septiembre de 2019. “No nos dejaba en paz, yo me quedé embarazada justo antes de que nos separáramos así todo él se metía a la casa y me revisaba las cosas, me revisaba el teléfono, mi embarazo corrió mucho riesgo por esa situación. Tuve que mudar por todo lo que viví, incluso cambié el teléfono cuatro veces en un mismo mes pero él de una u otra manera lo consigue y continúa con el asedio”, explicó Pavón.
Luego de la separación, Pavón y este hombre tuvieron una audiencia ante un juez para determinar el régimen de visitas de sus hijas, pero deliberadamente -según relata Belén-, su ex decide no cumplir con el acuerdo e intenta ver a las niñas en horarios no convenidos. “Ahora no tiene contacto con las niñas, pero pasa con el auto frente a mi casa y nadie hace nada, siento miedo de que me pueda pasar algo. Los días que debía buscarlas -según el acuerdo con el juez por su roster de trabajo- no venía, pero caía a las doce de la noche a la puerta a gritarme que quería ver a sus hijas y que yo se lo estaba impidiendo, es una locura lo que me está pasando”.
Belén Pavón incluso comentó que en una de las reiteradas denuncias (lleva 4 formalmente realizadas) fue hasta el Área de la Mujer del Municipio de la Capital para solicitar asistencia y consultar sobre su pedido perimetral. “Llegué para decir que nuevamente mi expareja me estaba acosando y para averiguar sobre el estado de la perimetral que había solicitado hace tiempo y una secretaria me dijo: ‘vas a tener que esperar, hay muchas como vos’, y eso fue muy feo, porque vengo pidiendo ayuda desde hace dos años”.
El calvario de Belén continúa mientras espera la medida perimetral que impediría que su ex pueda acercarse a ella. “Yo entiendo que es el padre de mis hijas y que su familia tiene derecho de compartir con mis hijas, pero quiero que deje de acosarme a mí, porque ahora ya temo hasta por las nenas. Su familia alguna vez intervino diciéndome que lo iban a calmar, que no iba a suceder más, pero sigue ocurriendo, me ha dejado encerrada en mi propia casa con mis hijas incluso él sin vivir ahí con nosotras, utilizando la fuerza para entrar, es algo desesperante”, concluyó Belén Pavón