Los abogados de la familia de la víctima, el rugbier Genaro Fortunato, pedían la pena máxima o en todo caso 20 años de cárcel. Y la fiscalía una pena atenuada, 14 años por emoción violenta, pero en ambos casos por homicidio intencional agravado. Sin embargo ayer, un tribunal de San Rafael, Mendoza, decidió que Julieta Silva no tuvo intención de matar a Fortunato la madrugada del 9 de septiembre del año pasado a la salida del boliche "Mona Bar", a pesar de atropellarlo dos veces: cuando ella se iba del boliche y cuando giró y le pasó otra vez por arriba. La defensa pedía absolución, pero los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle entendieron que cometió un homicidio culposo (matar sin el propósito de hacerlo) agravado por el nivel de alcohol en la mujer, y le aplicaron 3 años y 9 meses de cárcel, más 8 años de inhabilitación para manejar. Además, podrá continuar con prisión domiciliaria hasta que otro tribunal revise la sentencia, que dejó disconformes a los acusadores.