Para el fiscal José Eduardo Mallea no quedaron dudas: los changarines Eduardo Nelson Rivero (le dicen "Caco", tiene 45 años) y Gabriel Horacio Gramajo (alias "Cucho", 34 años) deben ser condenados a 19 años de cárcel por haber violado a un nene de 7 años, en complicidad con el padre del menor (que murió en la cárcel), el 10 de septiembre de 2015 en Chimbas. Además del violento ultraje, el niño sufrió también una enfermedad de transmisión sexual porque al menos esa vez le realizaron maniobras de masturbación, dijeron fuentes judiciales.
El relato de los hechos, la prueba enumerada para acreditar el delito y el pedido de pena de Fiscalía ante la juez Graciela Del Pie (Sala III, Cámara Penal) fue compartido por la Asesora de la Niñez Laura Romarión, quien solicitó además que se le realice un tratamiento psicológico al niño, hoy de 10 años y a cargo de una tía, indicaron.
Sin embargo la vinculación de los sospechosos al caso no fue tal según el alegato de la defensora oficial de Riveros, Mónica Sefair, y el abogado Fernando Bueno, defensor de Gramajo, que es cuñado del menor.
Ambos defensores pidieron la absolución para los acusados, pues entendieron que había dudas ya que ambos negaron siempre haber sido parte del aberrante abuso sexual.
Según fuentes judiciales, la defensa cuestionó la entrevista en Cámara Gesell del niño y puso en tela de juicio también la compleja trama familiar detrás del menor, quien el día del hecho había ido a visitar a su papá ya que vivía con sus hermanos. Su mamá se había ido con otra pareja. El martes, el fallo.