Ruth Rosas y su hijo de 18 años Jason Contreras relataron como “una pesadilla” los segundos posteriores al vuelco que sufrió el colectivo de la empresa Meltur con destino a Paraguay, en la zona de Las Cuevas, en Mendoza.

 

Ambos abordaron el colectivo cerca de las 11 de la noche del jueves. Todo iba bien, hasta que notaron que el rodado llevaba una mayor velocidad de la debida; de hecho, aseguraron que sintieron varias veces la alarma que suena cuando el chofer supera cierto límite.

 

“El profesor que iba a cargo del Colo Colo le decía al chofer que fuera más despacio, pero parece que lo único que le importaba al chofer era llegar rápido”, relató muy consternada Ruth. Ella sufrió un golpe en la cabeza y su hijo un tajo en el mentón provocado por los vidrios de la ventanillas, además de fracturas en sus dedos.

 

“Apenas llegamos a Argentina el chofer quiso adelantar un camión pero le tocó un bus de frente, él se tiró a la orilla y empezamos a dar vueltas. Quedamos todos colgados, no podíamos salir y fallecieron tres que iban con nosotros”, resumió la tragedia la mujer ayer al mediodía en la comisaría de Uspallata, donde esperaban para prestar testimonio ante el fiscal Carlos Torres.

 

Para Jason, los 10 o 20 segundos que duró el trayecto errático del micro fueron eternos. “Lo que se vivió allá adentro fue desesperante, yo lo único que atiné a hacer fue abrazar a mi mamá”, destacó.

 

Mientras que ella aclaró que todos estaban conscientes: “Fue como una pesadilla de la que no nos podíamos despertar”, remarcó la mujer. Para ella, lo peor fue escuchar los gritos de la mamá de la nena que falleció. Por esa razón todavía se encontraba en estado de shock. “No quiero viajar ni a la playa, no quiero pisar un micro nunca más en mi vida”, sentenció la mujer con angustia.

 

Junto a ellos Feliciano Pirul, otro de los pasajeros, recordó la tragedia. Él viajaba acompañando a su hijo de 9 años, que está internado en el Notti (ver aparte), y su esposa e hija, que sufrieron heridas leves como él. “De los cuatro mi hijo es el más delicado. Parece que tenía comprometidas las costillas y los pulmones. Pero en todo momento estuvo conmigo y consciente”, comentó.

 

El hombre precisó que se hizo unos cortes con un vidrio de la ventanilla porque cuando vio que el accidente era inminente, atinó a cubrir a su hijo con su cuerpo. “Lo único que quiero destacar es el apoyo que tuvimos del pueblo argentino, personas que iban pasando, los paramédicos, los doctores… Lo importante es que estamos bien”, cerró.

Fuente: Los Andes