Un día después del fallo que condenó a 9 años al changarín Pedro Oris y a 6 a la docente Alejandra Ríos, la mamá de la nena (hoy tiene 10 años) que se salvó de milagro tras ser sometida a un violento ataque en 2013, el descontento estalló. En la gente, que lo hizo conocer en las redes sociales y públicamente, al punto de que hoy se espera una manifestación en Tribunales. Y también en los principales protagonistas, como el papá de Camila, Javier Brusotti, que ayer dijo: “Estoy indignado, es una burla hacia mí y mi hija. Me parece que esto es nada, ella tiene un daño que le va a quedar para toda la vida”.
La asesora de Menores, Patricia Sirera, fue otra que no pudo ocultar su descontento: ‘No estoy de acuerdo con el fallo, me ha desilusionado. Yo había implorado un fallo ejemplificador’, dijo ayer.
Durante los alegatos, el fiscal del caso, Gustavo Manini, había pedido 22 años de cárcel para Oris y 17 para Ríos, porque consideró que fueron coautores en los delitos de tentativa de homicidio y lesiones graves, ambos agravado. Sirera había coincidido plenamente con ese planteo y además de reclamar un ‘fallo ejemplificador’, había dicho: ‘No se puede atenuar una pena por no tener delitos previos; para el infierno que vivió Camila, un atenuante sería una ofensa’.
Sin embargo el miércoles en la noche, la mayoría del tribunal de la Sala I de la Cámara Penal, Silvia Peña Sansó y Juan Carlos Caballero Vidal (h) entendió que se habían cometido otros delitos contra Camila.
Condenaron a 9 años a Oris por lesiones gravísimas (por daños irreversibles en la salud de la nena) y no por tentativa de homicidio, quizá porque recepcionaron el argumento del defensor de Oris, Leonardo Arancibia. Para el letrado, un homicidio en grado de tentativa ocurre cuando la consumación del delito se interrumpe por circunstancias ajenas al autor y no como en este caso, en el que Ríos y Oris llamaron a la ambulancia y buscaron ayuda médica.
El juez Raúl José Iglesias consideró en disidencia que Ríos también había participado en el delito de lesiones gravísimas, pero sus pares condenaron a 6 años a la docente por abandono de persona. Todos los jueces coincidieron en que los acusados causaron lesiones leves en la niña, antes de ese episodio que la dejó al borde de morir el 25 de octubre de 2013.
El fallo aún no está firme.

