Daniela Villegas (44) reconoce que le salvó la vida a su vecina, pero la etiqueta de "heroína" no le gusta. Es más, dice que pese a que todos la elogian por su valentía, se siente mal. "Si yo no pateo la puerta y entro ella muere, él vino directamente con ganas de matarla. A mí me felicitan por lo que hice, pero la verdad es que no me siento bien. No me puedo borrar todas esas imágenes horribles que me quedaron grabadas. Eso me tiene mal, todo ese horror me parte. Ver cuando le clavaba el cuchillo, se lo sacaba y se lo volvía a clavar, eso fue terrible", dijo ayer a este diario, al borde del llanto. Luego, ya un poco más calmada, permitió dar lugar a la reflexión: "Dicen que cada uno tiene un fin en esta vida y parece que a mí me tocó esto". Daniela ayudó a su vecina Diana Ruarte Troncoso (23) a escapar del ataque de su ex, Marcos Marín (28), que alcanzó a darle 8 cuchillazos en el pecho y el abdomen pero que frenó su intento homicida cuando ella logró entrar a esa vivienda del Loteo Taranto, en 9 de Julio, tras abrir la puerta de una patada.
Todo ocurrió a eso de las 19 del pasado viernes. Daniela (ama de casa y madre de 6) se estaba por poner a limpiar cuando su hija de 10 años fue a avisarle que algo andaba mal en la casa de al lado. "Entró corriendo y me dijo: "Mamá la Diana te llama, parece que el Marcos le está pegando porque grita fuerte". No le presté mucha atención porque otras veces ya había venido a pelearla y a gritarle cosas", contó. Pero la insistencia de la chiquita que volvió a decirle que escuchaba gritos hizo que decidiera entrometerse. "Salí a mirar, pero no vi a nadie. Fui por el fondo y ahí sentí sus gritos. Traté de abrir la puerta, pero estaba cerrada. Entonces me vine otra vez por el frente. La ventana estaba cerrada, pero le hice fuerza y pude abrirla. Cuando corrí la cortina vi a él que la tenía agarrada del pelo con una mano y con la otra el cuchillo", sostuvo. Y siguió: "Le grité: "Marcos ¡¿qué estás haciendo?!". Me dijo: "Nada, ¿no ve que no le hago nada?". Y ahí le pedí que la dejara, pero no había caso".
El desesperado grito de Diana que le pidió "rompé la puerta que me está clavando un cuchillo" fue lo que la llevó a dar esa patada que terminó siendo muy importante, porque la víctima de inmediato corrió hacia afuera, donde otros vecinos la contuvieron hasta que llegó la ambulancia. Marín le dio 5 puntazos y luego se fue en su moto, pero lo apresaron en la casa de su padre. "A pesar de toda esa locura y esa barbarie mi hija está bien", había dicho el padre de Diana.