El frío se hacía sentir, entonces el muchacho acomodó unos cartones en el suelo para utilizar de cama. Dobló su campera y la puso como almohada, encima tenía una colcha para cubrirse. Pero como con eso no alcanzaba, prendió fuego e hizo brasas en dos baldes de albañil para que hicieran de improvisados braseros, que puso para el lado de los pies. Quizás pensó que así pasaría bien la noche y se encerró a dormir dentro de esa casa deshabitada, sin siquiera sospechar, que el monóxido de carbono que despedían esas brasas lo matarían lenta y silenciosamente.
Y así fue. Enzo Darío Frías Ferragut (23) fue encontrado sin vida ayer a las 4 de la mañana en el interior de una vivienda de un barrio en construcción (próximo a entregar) detrás del Bº Independencia, en el distrito San Isidro, San Martín. Cuando llegó la Policía, todavía habían brasas encendidas y la víctima parecía seguir durmiendo. El médico forense Carlos Cantoni le practicó la autopsia al cadáver y no le halló lesiones, indicó una fuente del caso. Todo indica que el deceso se produjo por intoxicación con monóxido de carbono, aunque faltaba un estudio de sangre.
Frías, que vivía en Villa Gines en Rawson, era el sereno en esa obra y utilizaba una de las viviendas como refugio para pasar la noche. Según las versiones, el joven puso dos baldes con brasas y se encerró a dormir en una habitación. A eso de las 3, un encargado de la empresa lo llamó a su celular en reiteradas ocasiones, pero éste nunca contestó. Por eso enviaron a Joel Lisi, otro obrero de la empresa, para que fuera a ver qué pasaba con Frías. Ahí corroboró que la casa estaba toda cerrada y que Frías no respondía. Después de un rato, Lisi logró abrir la puerta y entró. Al llegar a una pieza encontró a su compañero en el suelo, como si estuviera durmiendo, pero no reaccionaba. Más tarde, un equipo médico estableció que estaba muerto. Los policías de la Seccional 19na no encontraron nada extraño, más que esos dos braseros cerca de los pies del obrero fallecido.

