Hacía días que su mamá la veía rara. Llegaba cansada de la escuela, se encerraba, se aislaba y la veía muy triste. Cuando le preguntó qué le pasaba, su hija (tenía 12 años) le dijo que se ponía así porque la molestaban sus compañeros. Pero no pudo esconder por mucho tiempo la verdadera razón de su angustiante desgano. Un día se desmayó, la llevaron al hospital departamental y le dijeron que la descompensación podía deberse a un golpe de calor. Días después, el 29 de septiembre de 2019, volvió a desmayarse y esa vez una médica decidió internarla y ordenó análisis de sangre y orina. El 2 de octubre, los padres fueron por los resultados de esos exámenes y la verdad los dejó estupefactos: los desmayos eran porque tenía un embarazo de 13 semanas y media.

Cuando llegaron a la casa e interrogaron a la niña, todos lloraron: "que voy a hacer ahora, que va a decir la gente de mi, me quiero matar (…) sáquenme esto de adentro (…) no lo quiero", le escucharon decir. También oyeron otra revelación que de alguna manera los padres sospechaban: el padre de la criatura, era su vecino carpintero Gastón Enrique Agüero (36 años, carpintero), detenido el 3 de octubre. Los papás sospechaban de ese sujeto porque anteriormente ya había acosado a una hermana mayor de la niña, al punto de que tuvieron que hablarlo para que desistiera de su actitud.

Al otro día, la menor fue sometida a un aborto legal en el hospital Guillermo Rawson.

La fiscal Marcela Torres podrá mantener la acusación contra el carpintero.

 

Tras su detención, Agüero negó haber cometido abuso alguno contra la menor. Sí admitió que se encontró con ella una vez, pero cuando estaba acompañada por un hermanito. También reconoció que la citó al centro pero que la niña no fue.

Tan convencido de su inocencia estaba que desafió: "El análisis de ADN va a salir negativo", dijo en el Cuarto Juzgado de Instrucción.

Pero el cotejo de sus genes con restos fetales lo contradijo de manera contundente, pues arrojó un 99,999% ciento de certeza sobre su paternidad.

Según la niña, todo pasó entre las 20 y las 21 de un día de julio de 2019 (se estima que fue el 13), cuando Agüero la citó a una calle cerca de su casa, donde la cargó en moto, la llevó hasta una finca y allí la sometió. Entonces no dijo nada porque el sujeto se lo pidió.

Del análisis de los dichos de la menor, hubo polémicos resultados entre psicólogos. Uno de ellos aseguró que la niña estaba "enamorada" del acusado, pero destruida anímicamente por el embarazo, que no esperaba ni deseaba.

Otra psicóloga, sin embargo, negó que la niña estuviera enamorada del sospechoso. En cambio precisó que el acusado la acosó y manipuló hasta conseguir someterla. Y que a causa de toda la situación, la niña había sufrido un grave daño en su salud mental.

Por eso fue que al final, fiscalía acusó a Agüero por abuso sexual con acceso carnal agravado por el grave daño en la salud mental de la menor. Y corrupción de menores agravada, un delito grave porque establece penas de entre 10 y 15 años.

En los próximos días, Agüero comenzará a ser juzgado en la Sala I de la Cámara Penal por el juez Miguel Dávila Safe. Marcela Torres será la fiscal del juicio contra ese acusado, que será defendido por Alejandro Castán, dijeron fuentes judiciales.