Un taxista fue asesinado hoy a balazos por la espalda en el partido bonaerense de La Matanza por un grupo de delincuentes que horas antes lo había secuestrado en la Capital Federal y que le exigía a sus familiares un rescate de 200.000 pesos para liberarlo, informaron fuentes policiales y judiciales.

 

Todo comenzó alrededor de las 15, cuando la víctima, identificada por la Policía como Alberto Sarubi (65), transitaba en su taxi Fiat Siena, dominio MNS Q159, y fue capturado por secuestradores armados que se lo llevaron cautivo en dirección al Gran Buenos Aires.

 

Según las fuentes, hasta esta noche no estaba claro si el taxista permaneció secuestrado a bordo de su vehículo o si lo pasaron a otro.

 

Durante el cautiverio, que duró varias horas, los captores se comunicaron con la familia de la víctima y le exigieron el pago de 200.000 pesos de rescate.

 

Ante esta situación intervino el personal de la División Operativo Central (ex Antisecuestros) de la Policía Federal y el fiscal Carlos Stornelli, dijeron los informantes.

 

Las fuentes señalaron que una vez avanzada la negociación, parte de la banda de captores aparentemente fue a cobrar el rescate y en esas circunstancias se tiroteó con los policías que los estaban buscando y en medio del enfrentamiento detuvieron a uno de los secuestradores, de 16 años.

 

De acuerdo a los voceros, el rescate no se llegó a pagar y se sospecha que mientras se producía el tiroteo, la víctima estuvo cautiva en otro lugar junto a otra parte de la banda que poco después la asesinó a balazos por la espalda y abandonó el cuerpo en la calle 1009 del barrio Villegas de La Matanza.

 

En tanto, a unos 700 metros de donde fue hallado el cadáver, los policías secuestraron el taxi de Sarubi, quien era el propietario del vehículo, agregaron los informantes.

 

Por su parte, el fiscal Stornelli dispuso esta noche que efectivos de Gendamería Nacional lleven a cabo los peritajes en la escena del crimen.

 

Respecto a las razones por las que los captores asesinaron a Sarubi, los pesquisas sospechan de una represalia por el tiroteo y el pago frustrado, o un intento de fuga de parte de la víctima.