La jueza de Garantías Verónica Chicón autorizó la producción de dos pruebas clave pedidas por el fiscal Francisco Pizarro (UFI Delitos Especiales) para esclarecer la muerte de un niño atropellado frente a la plaza de Santa Lucía en marzo pasado y en el marco de la investigación para determinar la responsabilidad del conductor del auto, actualmente excarcelado pero imputado a una causa penal por el delito de homicidio culposo.

La víctima se llamaba Ángel Reinoso y tenía 15 años. A pedido de Fiscalía, su hermano mellizo, quien lo acompañaba cuando fue embestido, será entrevistado en Cámara Gesell el próximo jueves. Se trata de un testimonio fundamental que puede servir para echar luz al caso y a la mecánica del siniestro.

Lo que busca el fiscal Pizarro es tener información y elementos valiosos para poder evaluar el grado de responsabilidad que pudo tener Wilson Valentín Walrond (58), el automovilista que atropelló al nene.

Wilson Walrond.

Por otro lado, la jueza Chicón permitió que se realice la reconstrucción del hecho en el sitio donde se produjo el impacto. Esa medida fue solicitada por Fiscalía teniendo en cuenta que el informe con las pericias recolectadas por la División Criminalística no presenta datos contundentes, posiblemente porque cuando se efectuaron estaba lloviendo.

Así, la reconstrucción -con el aporte de varias de las partes que intervinieron aquella vez (personal médico, policías, peritos, entre otros)- será de vital importancia para la causa y para el futuro del único imputado.

Walrond atraviesa el proceso en libertad, luego de permanecer algunas horas detenido tras de la fatalidad.

La desgracia ocurrió en la noche del sábado 25 de marzo de este año. La familia del chico fallecido había viajado de San Martín a Santa Lucía con las mejores intenciones: comer algo y pasar un lindo rato antes de tomarse otro micro para volver a su casa en el barrio Sadop. 

Pero ese pequeño plan para distenderse se vio estropeado a un nivel que nunca imaginaron. Cuando pretendían cruzar hacia el Sur la Avenida Hipólito Yrigoyen a la altura del cruce con Pellegrini, la mamá Ana Marín avanzó pero uno de sus mellizos, Lionel, paró para atarse los cordones de sus zapatillas. Ángel, su hermano, también detuvo su marcha, hasta que decidió adelantarse y fue su fin. 

Según lo expresado aquella vez por la mujer, uno de los autos estacionados a un costado de la plaza de Santa Lucía arrancó y frenó para darle paso a su hijo. Sin embargo, el conductor de un Renault Sandero, Walrond, intentó pasar como iba por Yrigoyen al Oeste y atropelló violentamente con el costado delantero derecho al nene, que desde ese momento quedó muy complicado. 

El Renault Sandero de Walrond.

Las lesiones que sufrió fueron tan graves, que un día después, el domingo a las 18, los médicos declararon su muerte cerebral y desde entonces se motorizó el procedimiento de rigor para extraerle sus órganos pues sus papás, Ana y Omar Reinoso, decidieron que era la mejor decisión.

"Hubo un hombre que salió del estacionamiento y frenó para darle el paso a mi hijo, pero otro que venía a alta velocidad por la Yrigoyen ni siquiera hizo el intento por frenar. Y no es como dicen que luego de chocarlo se entregó, él lo dejó tirado como un perro a mi hijo y se fugó, recién como una hora después fue a la comisaría (Quinta)", había dicho la madre, indignada.

Sin embargo, en la audiencia en la que le formalizaron la acusación, Walrond delcaró que "él chocó contra mí. Fue como a 25 metros antes de llegar a la esquina. No sé qué chocó contra mí. No sé si fue una mujer o un hombre. Y no he hecho abandono de persona. Di la vuelta y me fui a la Policía”.

Ni el defensor del imputado, Francisco Furlotti, ni el abogado que representa a la familia de la víctima, Pablo Rampulla, se opusieron a la realización de las dos nuevas pruebas.