Intentar arreglar unos cables para volver a tener luz en su casa fue lo último que hizo Gilberto Vázquez (79). El jubilado recibió una descarga eléctrica que resultó mortal casi en el acto, dijeron fuentes policiales.
La desgracia ocurrió pasado el mediodía de ayer, a eso de las 13.30, en la parte delantera del rancho donde Vázquez vivía solo, ubicado en inmediaciones de calle Colón y callejón Boronat, en la localidad de La Puntilla, en el departamento San Martín.
Según los investigadores, el jubilado se había quedado sin electricidad en su vivienda y por eso intentó hacer unos arreglos en los cables que llevan energía desde una pilastra hacia el interior del domicilio, donde Vázquez suponía que estaba el inconveniente.
Los pesquisas ayer presumían que el hombre anteriormente ya había tenido problemas similares y que había podido solucionarlos.
Pero esta vez su suerte fue distinta. Al parecer, nunca imaginó que uno de esos cables que manipulaba tenía corriente y todo terminó de la peor manera cuando recibió una descarga. La sacudida fue fulminante y sus días terminaron para siempre prácticamente en el acto, explicaron los voceros.
Una señora que pasó por el frente de la vivienda instantes después del hecho vio a Vázquez tirado en el piso y de inmediato llamó a la Policía, esperanzada en que se podía hacer algo para reanimarlo. Sin embargo, minutos más tarde los uniformados de la seccional 19na que arribaron al lugar constataron que no se podía hacer nada porque el daño ya estaba hecho, indicaron fuentes ligadas a la causa.
Luego se presentaron efectivos de la División Criminalística para proceder al levantamiento del cuerpo, que fue trasladado a la Morgue Judicial para que se le practique la correspondiente autopsia. Personal de Bomberos también trabajó en el lugar inspeccionado para el informe pericial.
Una alta fuente policial que fue parte del operativo señaló que las conexiones eléctricas que hay en todo el rancho son sumamente precarias.
Vázquez vivía solo y no tenía familiares en San Martín. La Policía les tuvo que avisar a unos parientes rawsinos un tanto lejanos del fallecimiento del anciano.