Al volver, sorpresa. Y una de las más desagradables por estos días, porque deja una indignante sensación de ultraje: la presencia de ladrones dentro de la casa. Lo sufrió entre la noche del sábado y la madrugada de ayer una ingeniera, a la que el hecho le dejó una segunda sensación llamativa: al menos un delincuente solo le llevó los $50.000 que tenía ahorrados y no otras cosas que suelen ser parte del botín, como los aparatos electrónicos.
La propia damnificada, María Chirino, contó ayer que alrededor de las 22 del sábado salió con su mamá y sus hijos a cenar a lo de un pariente. Y que al regresar, alrededor de las 3 de ayer, se encontró con las puertas de su casa abiertas, con las rejas de una ventana rota en el fondo. Los cables y el aparato de la alarma arrancados. Y lo peor, la ausencia de esos $50.000 que había ahorrado y conseguido con su trabajo.
Todo pasó en la casa en la que vive la profesional desde hace poco más de un mes, en la calle Maipú, en el barrio Kennedy, Santa Lucía.
La mamá de la profesional, Violeta Tobar, es conocedora de estas situaciones porque en su comercio ya le robaron dos veces. Y ayer no dejó de sorprenderse por el hecho de que él o los ladrones, ni tocaran la habitación de sus nietos, que revisaran la suya sin demasiado esmero. Y que se concentraran específicamente en la de su hija, quien escondía el dinero en una cajita dentro de su ropero.
‘La verdad es que es muy raro todo esto, como que los vecinos no escucharan nada cuando la alarma tiene que haber sonado. Ahora vamos a tener que poner otra vez monitoreo en la alarma, es lo más seguro’, dijo la mujer.
