Sentada sobre un tronco cortado, bajo la sombra de un árbol plantado en el fondo de su casa de 9 de Julio y fumando un cigarro para calmar los nervios, Silvana Cuenca (44) mira desde lo lejos a los obreros que cargan en un camión lo poco que quedó a salvo del fuego. "Es grande la bronca… perder todas las cosas que tenía, aquí se me fue el sacrificio de una vida", suelta. Está rodeada de algunos familiares que se acercaron a darle una mano con la limpieza y también para brindarle contención. Esto último es quizás lo más importante, pues a ella se la nota devastada. "Vinimos a contenerla para que no se ponga nerviosa, ella es diabética y esto le hace muy mal", explica Sergio, su hermano.
Cuenca es contratada del municipio nuevejulino y trabaja en la limpieza de las calles. Es madre soltera de Micaela (26) y Edgar (20), quienes también viven en esa casa. El muchacho es el que más enojado se muestra, pues dice estar convencido de que el incendio fue provocado intencionalmente. "Los bomberos nos dijeron que descartan toda posibilidad de que se haya producido un cortocircuito o cualquier falla eléctrica. Y aparte nosotros encontramos en la pieza una piedra y el vidrio de la ventana estaba roto. Alguien hizo esto", afirma, mostrando luego el marco de madera de esa ventana, que está "palanqueado". Los demás apoyan su hipótesis. "¿Por qué lo hicieron? No sabemos. No han robado nada, a eso no han venido porque se podrían haber llevado algunas cosas, como el televisor o la garrafa, y no lo hicieron. Nosotros no tenemos problemas con nadie, es todo un misterio. Capaz que alguien nos tenga bronca, no sabemos bien", agrega Edgar.
El fuego comenzó a eso de las 5.30. La casa está ubicada en el Barrio Bilbao II, en las afueras del centro de 9 de Julio. A esa hora no había nadie: los hijos de Cuenca habían salido y ella estaba cuidando a su madre, enferma de asma.
"Me fui a quedar toda la noche con ella cuando me avisaron que se estaba quemando la casa. Cuando vine ya no quedaba nada, estaba el daño hecho", dice la mujer. Para ella también se trató de un ataque intencional: "Parece que han querido hacer daño, han venido por maldad". Su hijo Edgar la interrumpe: "Me da bronca, sobre todo no saber por qué lo han hecho… por qué no tuvieron h… de venir y buscarme a mí, y no hacerle este daño a mi mamá".
Según las víctimas, las llamas comenzaron en la habitación donde luego fue hallada la piedra, y se extendieron hasta otro dormitorio, el baño y la cocina-comedor. A su paso fueron arrasando con todo lo que había en esos sectores. Se quemaron casi todos los muebles, la heladera, camas, colchones, el termotanque, roperos, un juego de sillones, mesas, sillas, ropa, calzado, documentación y otras cosas menores que también quedaron reducidas a chatarra.
Los Cuenca quedaron en ruinas. Ayer en un camión cargaron las pocas pertenencias que aún sirven y por el momento se instalarán en la casa de la madre de la mujer, hasta que puedan reconstruir su vivienda. Al techo, de machimbre, lo tiene que cambiar porque corre peligro de derrumbe. "Hemos quedado con lo puesto, estamos muy mal", cerró Silvana, que nunca perdió la serenidad (le habían dado unas pastillas tranquilizantes). El caso es investigado por la seccional 11ma.