"Yo no le tiré y no hice nada, pero me entrego porque tengo miedo a que me maten en la Policía… siempre es lo mismo, de todo lo que pasa siempre me echan la culpa a mi". La frase salió entre lágrimas de un chico de 17 años, mientras recorría los últimos metros a la Central de Policía acompañado de una tía, una hermana y de su abogado César Jofré. "Lo vamos a presentar y lo vamos a poner a disposición de la Justicia para que se investigue y se sepa la verdad. Mi cliente dice que no hizo nada pero somos respetuosos de la Justicia", dijo el letrado, escuetamente a este diario, único medio presente en ese paso procesal.
El menor en cuestión, de apellido Heredia, se entregó puntualmente a las 17,52 de ayer. Y a pesar de negar cualquier vinculación con el disparo que perforó la mejilla izquierda y quedó alojado en la base de la nuca del agente Cristian Torres (26 años, cuatro en la fuerza) los pesquisas que investigan el caso aseguran que la víctima reconoció al menor en fotos como autor de ese disparo, que de milagro no cobró su vida.
"Tiraron a matar, la verdad que es un milagro que esté vivo. Estamos a la espera de algunos estudios para confirmar que la bala no le provocó ninguna lesión importante", dijo ayer David Torres, un hermano de Cristian, que por precaución estaba internado en Terapia Intensiva del Hospital Privado con muchas posibilidades de pasar a Terapia Intermedia.
¿Cómo ocurrió el ataque? La versión policial es que Torres, con destino en el área Microcentro, estaba afectado a tareas de seguridad en una garita habilitada en el barrio Parque Independencia, Chimbas. Que de allí salió a hacer recorridas para identificar personas (otra versión señala que le pidieron apoyo por un robo) cuando se topó con dos sujetos y una mujer en inmediaciones de Benavides y la calle San Juan (entre Tucumán y ruta 40), en Chimbas, alrededor de las 21,30 del lunes.
Sin embargo Torres no pasó de la intención, porque uno de ellos, desde corta distancia, sacó un arma y le descerrajó un disparo que perforó su mejilla izquierda y avanzó hasta alojarse en la base de la nunca del mismo costado.
Según la policía, tras el reconocimiento fotográfico, se allanó la casa de Heredia en el barrio Costa Canal I, en Concepción, Capital, ubicada frente al lugar del ataque. Ayer la familia del menor aseguró que el chico estaba con su novia en una calle paralela, la Rogelio Cerdera, cuando escuchó el disparo y salió corriendo. Dicen que los vecinos lo señalaron por esa huida, pero que el menor en realidad corría para que "no le echen la culpa".

