Santiago se metió en la vida de Lorenza, en la de Rosario, en la de Julia, y no precisamente como una presencia pasajera. El hombre quiso dejar su marca: se hizo compañero, amigo, amante, formalizó como novio y fue por más: estampó su firma en un acta del registro civil y desparramó alegrías en las típicas fiestas de la unión conyugal, con testigos, para que ese especial simbolismo del casamiento quedara en el recuerdo de varios. Nada anormal si no fuera porque repitió tres veces esa ceremonia, con las tres mujeres en vida. Situación ilegal, dañina, que se descubrió porque uno de esos testigos le contó a la última "esposa" que estuvo en dos fiestas de casamiento de ese hombre que además era su padrino. Esa mujer, Julia Alicia Herrera, corroboró con una averiguación personal que su ahijado no mentía y denunció todo en octubre de 2007. Luego el fiscal Daniel Guillén con el juez José Atenágoras Vega, se encargaron de desenmascarar por completo las maniobras de Santiago Segundo Luna: así confirmaron que este jubilado de 64 años no sólo registraba dos casamientos en San Juan. Para su sorpresa, Luna se había casado en Buenos Aires en 1970 otra vez (la primera) con Lorenza Molina, fallecida el 28 de mayo de 2007.

Como ese casamiento celebrado el 20 de agosto de 1970 era el único válido, las autoridades judiciales consideraron así que las restantes uniones eran ilegales. Ahora, el fiscal Guillén pidió (y el juez Vega concedió), que el presunto polígamo vaya a juicio oral y público, acusado del delito de "matrimonio ilegal unilateral" en perjuicio de Rosario Vera y Julia Herrera.

¿Por qué un hombre dañaría a tres mujeres en las fibras más íntimas de sus sentimientos?. Una de las víctimas, Rosario Vera, no dudó en dar su visión de los hechos: ante el juez, dijo que se casó con Luna cinco meses después de conocerlo en una pensión, y que lo echó de su casa cinco meses después del casamiento porque no tenía dinero para mantenerla y porque, además, percibió que se había acercado a ella para aprovechar que vive del alquiler de sus cuatro departamentos.

Luna se unió legalmente con Rosario Vera el 28 de enero de 2000 y poco más de un año después, el 6 de abril de 2001, volvió al registro civil y a la iglesia para prometer amor y respeto perpetuo a Julia Herrera, quien pareció fortalecer la teoría de que el hombre cometió semejantes actos de deslealtad y daño moral, empujado por su precaria situación: Julia dijo que pasó muchas pobrezas con Santiago y que lo ayudó hasta dándole para la ropa cuando no tenía trabajo y esperaba su jubilación.

¿Por qué la situación no se descubrió en el registro civil?. Los investigadores judiciales dicen que esa entidad no investiga a los postulantes a casarse. Y que los únicos recaudos que toman para evitar estos fraudes morales, son los testigos y el DNI donde se asienta el estado civil. El problema aparece cuando se hay documentos duplicados o triplicados, donde no se registra nuevamente si alguien es o no soltero, dijeron.

Y esta al parecer fue la maniobra empleada por Luna para no ser descubierto. En la investigación, Rosario Luna declaró que una vez le encontró al sospechoso tres DNI y que entonces el hombre le explicó -según el expediente- que los tenía porque se había "casado cinco veces en Buenos Aires".