Los supuestos ataque sexuales se habían conocido el pasado 14 de marzo, durante la audiencia en la que el abogado Gustavo de la Fuente insistió ante un Tribunal de Impugnación en intentar desligar o atenuar la prisión perpetua que le habían impuesto a su cliente Diego Espejo (28) por efectuar cuatro disparos y dar muerte a su novio policía Oscar "Nando" Mura (28), en la madrugada del 19 de marzo del año pasado en el departamento que alquilaban en Chimbas. Días después, la UFI de Delitos Especiales que coordina Adrián Riveros recibió la denuncia formal de Espejo, en la que mencionaba que al menos dos compañeros de celda habían violado a su madre, a su hermana y finalmente a él mismo a cambio de protección.
Las alarmas se encendieron ante la gravedad de esas supuestas agresiones, pero tan pronto como se motorizaron las investigaciones preliminares, ese relato empezó a hacer agua. Primero, porque la propia hermana de Espejo admitió que estaba en pareja o mantiene una relación con uno de los supuestos atacantes, Rubén Darío "Angelito" Corso, quien confirmó ese vínculo sentimental. Segundo porque la madre de Espejo también negó haber sido agredida sexualmente en la cárcel.
Y ahora hay más dudas que certezas sobre la verdad de lo que dice Espejo. Varios pesquisas dejaron entrever sus sospechas de que este joven haya recurrido a denunciar justo en la audiencia para definir si su condena sería o no confirmada, como última estrategia para buscar mejorar su situación ante la Justicia. El propio Corso dijo en un video desde la cárcel que su cuñado no quiere estar más en la cárcel y busca prisión domiciliaria.
Ahora, desde el entorno de Espejo trascendió que existiría un video sobre los abusos que sufrió, pero ese material hasta el momento no aparece en la investigación, indicaron los voceros. Y si Fiscalía no halla pruebas, la denuncia podría desestimarse.