La indignación de Fernando Sosa (37), ayer, lo hacía llorar. Y no era para menos. Después de tanto esfuerzo para conseguir las cosas con 20 años de trabajo como empleado de comercio, perder todo de un rato para otro a manos de ladrones, lo carcomía. A las 5 de ayer descubrió que le habían llevado lo más valioso que tenía en esa casa que alquila con su familia en la calle 12 de Octubre, en el barrio Bardiani, Capital. Habían salido a las 22,30 el sábado y a las 5 volvían con su esposa y sus hijos del cumpleaños de un pariente, cuando se toparon con que los delincuentes habían forzado con una barreta una puerta lateral de la casa. Después de revolver todo, huyeron con dos televisores, una computadora de escritorio, dos notebooks de sus tres hijos, una plancha de cabello, una cámara de fotos, una filmadora, ropa (incluidos dos pantalones recién comprados) y calzado. Y, una suma de dinero para nada menor: los $50.000 que había ahorrado y tenía ocultos en dos sobres de papel en su cama matrimonial.

Hasta la cuna de un bebé, su nieto, desarmaron en busca de dinero.

‘Esto me duele mucho, me siento mal, estoy indignado, porque cuesta mucho tener las cosas’, dijo ayer, entre lágrimas.

Fernando supone que los ladrones fueron varios y usaron un vehículo. ‘Yo creo que debieron ser por lo menos cuatro y andaban en algún auto, porque de otra forma no me explico como hubieran ido por la calle con dos televisores de 32 pulgadas y las computadoras sin que nadie lo note’, dijo ayer.

Sus vecinos, al parecer, tampoco se dieron cuenta de que alguien había saltado por el portón del frente y se había metido a la casa de Sosa a robar.

El caso es investigado pro policías de la Seccional 3ra.