Teófilo de Beláustegui (31) parecía resignado pero igual seguía reprochándose el hecho no haber activado la alarma del edificio comercial. Ayer contó que tomó esa decisión para demorarse en su casa una hora más por ser domingo y no llegar a las 8, como todos los días desde hace 8 años, cuando falleció su papá y lo reemplazó en el rol de socio principal en la conocida firma "El Vasco", que vende carne y pescado al público en España y San Luis, Capital, y distribuye la misma mercadería a otros comercios. Teófilo confió. Dejó sin alarma el local para que uno de sus encargados, que llega a las 8, abriera solo con la llave. Y fue ese empleado quien, a la hora de ingreso, se topó con que habían entrado delincuentes y luego de agujerear la caja fuerte con una amoladora, robaron alrededor de $110.000 (la recaudación de viernes y el sábado) y más de $200.000 en cheques, precisó de Beláustegui.

Una mirada más atenta a la modalidad del robo les permitió reconstruir, ya junto a pesquisas policiales, que los delincuentes pudieron trepar por alguna casa colindante hasta los techos. Y que esa maniobra pudo ocurrir alrededor de las 4 de la mañana, porque una vecina refirió haber escuchado ruidos por los techos a esa hora, aunque no llamó a la policía.

Lo que siguió fue bajar a un techo de menor altura en el patio interno donde cargan y descargan los camiones. Empujar y desencajar de su riel un enorme portón corredizo de madera en el que interpusieron un bidón para que no volviera a cerrarse. Y, una vez adentro, romper de una patada la puerta de una oficina interna, cerrada con llave, en la que estaba la caja fuerte. El trabajo en el enorme aparato metálico pareció no representar demasiado trabajo para los delincuentes, porque con una amoladora hicieron un boquete en forma de triángulo sobre la cerradura y así la destrabaron.

"Fue un descuido de mi parte, pero de todos modos ahora vamos a tener que tomar alguna decisión con la seguridad en este lugar. Hace mucho que queremos irnos de acá, es un edificio muy viejo… antes se nos habían metido a robar mercadería u otras cosas, ahora en cambio hicieron un trabajo profesional", dijo ayer de Beláustegui.

En la policía buscaban testigos y otras pistas en la escena del robo, para intentar dar con los autores del fabuloso golpe.