Eran como las 3 de ayer cuando el sereno estaba en la pista electrónica del boliche y sintió un ruido en el portón del fondo. Entonces miró hacia el lugar para ver de qué se trataba y ahí se topó con dos delincuentes que avanzaban hacia él. No hubo tiempo para intercambiar palabras, sólo un cruce de miradas y enseguida una seguidilla de tiros. Alejandro Morosow (40) recordó ayer en una cama de traumatología del hospital Guillermo Rawson, que el segundo balazo le dio en el brazo izquierdo (le quebró el hueso radio), que entonces atinó a esconderse detrás de la barra donde pone música el "DJ" y que luego se fue corriendo a la vivienda de los caseros del lugar, donde se desmayó a causa de una gran pérdida de sangre.
"Pensé que me mataban. Me tiraron como 4 ó 5 tiros a quemarropa sin decirme nada y menos mal que se fueron. Para mi estaban redrogados… seguro que entraron a robar", decía ayer el hombre, que desde hace 1 año trabaja como sereno en el boliche "APTKO" en Chimbas de 23.30 a 7 y de lunes a sábado, porque ese día pasa a cumplir funciones de seguridad en el local. De día, además, hace changas como albañil con un primo y así trata de arreglárselas para mantener a sus cuatro hijos de entre 17 y 11 años, comentó ayer.
Todo pasó en ese local bailable apostado al costado Este de la ruta 40, al Norte de Centenario y contiguo a la conflictiva Villa Mariano Moreno, en Chimbas.
Morosow explicó que para entrar y salir, los delincuentes saltaron una medianera, luego el portón y se fueron sin robarle nada tras el ataque. Ayer se mostró agradecido de quienes lo ayudaron (caseros, compañeros de trabajo, policías, dueño del local), y aseguró que a pesar del traumático momento no dejará de trabajar.
"Es una zona muy jodida. El sábado pasado a un muchacho que pasaba por el frente del boliche, en la ruta, le dieron cuatro puntazos y le robaron de todo. Me capacité en funciones de seguridad, en defensa personal y a pesar de lo peligroso de la zona lamentablemente tengo que seguir trabajando….. no hay más", aseguró el hombre, mientras esperaban que le confirmen si debían o no operarlo en su brazo.

