Sánguches varios, viandas, también encargos especiales. Después, paciencia: instalarse a la salida de las obras en construcción y tratar de ganarse clientes con su mercadería. Así, casi toda la semana, de seis de la mañana a cuatro de la tarde. Con empeño, María Antonia Castro (53) consiguió aceptación y pudo empezar a tener sus cosas, a ayudar a su numerosa familia (tiene 7 hijos y varios nietos) y comenzar con algunas ampliaciones en su modesta casa del barrio Teresa de Calcuta, en Pocito, donde también se da tiempo para atender un kiosco. Sin embargo tanto esfuerzo quedó destruido el último sábado: alrededor de las 18 salió con su marido y tres de sus hijos menores a comprar mercadería para hacer sus comidas y, al volver, alrededor de las 22, se topó con una amarga novedad: los 80.000 pesos que había ahorrado, habían desaparecido de su dormitorio.
Esa suma incluía la pensión por 7 hijos que cobró el viernes y la venta de una moto. Y que se la robaran fue un hecho bastante sospechoso, porque al menos un ladrón se las ingenió para entrar por el fondo sin que ninguno de los 6 perros pitbull que tienen hiciera nada. Y porque luego de forzar la puerta del fondo de la vivienda, el único lugar que revisó fue el dormitorio de la comerciante.
Por eso es que los pesquisas no descartan ninguna teoría sobre el posible autor del ataque, incluso que sea alguien del propio entorno de la mujer.

