Héctor Botti (65) había terminado una jornada más de trabajo. Ya había apagado las luces, cerrado las puertas y se disponía a salir a la calle cuando dos sujetos con el rostro cubierto y al menos un arma de fuego tipo revólver, lo obligaron a entrar de vuelta. Luego de algunos golpes y amenazas, lo hicieron tirar al piso para inmovilizarlo en la parte contigua a la de atención al público, atándolo de pies y manos con alambre, para luego conseguir lo que buscaban: dinero y medicamentos muy específicos, los que se usan para mezclarlos con alcohol y drogarse. "Se llevaron más que la recaudación, serán al menos $50.000 y psicofármacos", confirmo ayer el propio Botti.

Todo pasó alrededor de las 22 del miércoles en la esquina de Paula Albarracín de Sarmiento y Brasil, en el barrio Porres, en Capital.

El comerciante estaba convencido de que los delincuentes lo estuvieron esperando, agazapados en una obra en construcción al lado de su comercio. Y en la Policía creen también que el alambre usado para atarlo también lo sacaron de ahí.

A pesar de la traumática experiencia, Botti aseguró que no es la primera vez que le pasa algo así. "En este lugar hace unos 20 años que está la farmacia y en ese tiempo, sin el robo de ahora, me visitaron varias veces los amigos de lo ajeno, me habrán asaltado al menos 6 veces… se metían por la puerta, armados", indicó.

En la Policía buscaban testigos del hecho y también pistas en las cámaras de seguridad de casas o comercios de la zona, con la intención de poder esclarecer el caso, que fue denunciado en la seccional 28va pero es investigado por las brigadas de investigación Norte y de la Central de Policía.

"Ahora habrá que tomar más precauciones, pero yo siempre dije que si no nos ponemos más duros con las leyes, esto siempre va a seguir igual", concluyó Botti.