Un empleado público perdió en menos de dos horas todo el dinero que había ahorrado durante años con el sueño de poder comprar su propia casa. La noche del sábado, en ese lapso en que él y su hermano salieron, unos ladrones se metieron a la vivienda que comparten en Rawson y les robaron los 450.000 pesos que tenía guardados en un mueble de su dormitorio. También les sustrajeron una bicicleta de carrera, una costosa guitarra de concierto y joyas.
“Esto es la ley del Oeste. A nosotros no nos roban más. Al ladrón que entre, lo mato”
CÉSAR VARGAS – El principal perjudicado en el robo
La bronca y la impotencia golpeó duro a César Vargas, un empleado de la Dirección de Rentas de 56 años, que se lamentaba diciendo: “Nadie sabe cuántos años vengo ahorrando para poder comprar una casa e irme a vivir solo. A veces trabajo todo el día para poder ganar un poco más. Y ahora no tengo nada. Nunca más me voy a volver a juntar con esa guita…”.
César Vargas tenía un compromiso con su novia y salió el sábado a la tarde noche de la casa familiar, en la esquina de las calles República del Líbano y Libertad en el barrio San Cayetano. Luis, su hermano mayor, permaneció un rato ahí pero a eso de las 21 también se fue a visitar a unos amigos y entonces no quedó nadie en la vivienda.
“Estaba cenando y no me sentía cómodo, me quería venir. Como que presentía algo malo, estaba intranquilo. Y me vine a la cero hora de hoy. Bajé del colectivo, caminé hasta acá y, cuando estoy entrar, veo la puerta reventada. El dormitorio estaba todo dado vuelta”, relató César. Lo primero que confirmó fue que ya no estaban los 450.000 pesos que tenía ocultos dentro de unas bolsas plásticas dentro de un ropero. También se habían llevado una bicicleta de carrera de aluminio, unos gemelos de oro y otros de plata y una costosa guitarra de su hermano Luis. “Me arruinaron. Los ladrones hacen lo que quieren. Entran y salen de la comisaría como si nada. Pero voy a comprar un arma. Y juro que ladrón que pille, ladrón que muere”, dijo César Vargas.