Una empleada bancaria, su marido, un ingeniero agrónomo y su bebé de 9 meses, tuvieron un violento amanecer ayer cuando 3 delincuentes armados y encapuchados los asaltaron en su casa en una finca de Chimbas. El golpe estuvo por demás planificado: primero, envenenaron a 4 de los 5 perros de la familia y se ocultaron hasta que la mujer salió hasta el garaje para irse en su auto a trabajar. Allí, la encañonaron, la llevaron al interior y golpearon a su pareja. Después, los maniataron y les sustrajeron $23.000 que tenían para hacer un viaje el mes que viene, 2 celulares, una notebook, 2 viejas escopetas, un rifle de aire comprimido y un revólver calibre 6,5 mm que cargaron en el Ford Ka de la familia. Más tarde, el rodado apareció abandonado en el Loteo Rodano, Chimbas, precisaron las víctimas y en la Policía.
Quienes la pasaron mal ayer a las 7 fueron Verónica Puga (30), su esposo Facundo Alonso (28) y su bebé en la casa que habitan desde hace 2 años en Necohea, al Sur de Centenario, Chimbas. ‘Me iba a trabajar y cuando estaba por abrir el auto me gritan. Me di vuelta, vi a uno de los ladrones y pegué un grito’, dijo Verónica. Ahí, Facundo salió al patio y al ver a los delincuentes trató de buscar una de sus armas, pero lo alcanzaron, lo tiraron en el comedor y lo patearon. Luego maniataron a ambos con precintos y cinta de embalar. En ese momento, en la habitación del matrimonio su pequeño comenzó a llorar.
‘No me dejaban ir a buscarlo y mi hijo se cayó al piso. Nos amenazaron con cortarle un dedo o una oreja si no les entregábamos la plata. Ellos sabían que la teníamos porque nos dijeron que tuviéramos más cuidado con las personas a las que le contamos nuestras cosas’, contó la mujer.
Los delincuentes estuvieron una hora con las víctimas y tras tomar los ahorros que la pareja pensaba invertir en un viaje y sus cosas, escaparon en el auto. ‘Luego de que se fueron, llegó el sereno y avisamos a la Policía. Íbamos a construir aquí, pero ahora todo eso quedó en nada porque nos queremos ir’, aseguró Puga.
