No fue casualidad, los ladrones ya estaban esperando como si supieran con certeza que a esa hora llegaría su presa. Así fue que lo aguardaron en esa transitada esquina de Capital hasta que apareció y dieron el golpe en público y a plena luz del día. La víctima era el encargado de una estación de servicio que venía a rendir cuentas de la recaudación del fin de semana, y que a empujones y manotazos le robaron una bolsa con 22.000 pesos.
Por donde lo miren, para la policía hubo una "entregada". El hecho se perpetró el lunes a media mañana -recién trascendió ayer- y la víctima de la emboscada fue Humberto Omar Becerra, de 50 años, encargado de la estación de servicio Catalina, de Rivadavia, confirmaron fuentes de la Seccional 4ta.
Los investigadores policiales creen firmemente que alguien de la bomba de nafta o del grupo empresarial que pertenece esa firma, filtró datos acerca de que Becerra en persona manejaba el dinero, que los lunes él mismo llevaba la recaudación del fin de semana a las oficinas de Clasur en Capital y que nunca andaba con custodia. Tal parece, sabían incluso en qué automóvil se movilizaba, dijeron.
Según las versiones, Becerra relató que salió alrededor de las 10.30 en su auto Renault Mégane desde la estación de servicio Catalina, en Libertador y Santo Domingo, en Rivadavia. El hombre traía consigo una bolsa plástica con una suma aproximada a los 22.000 pesos que no tenían como destino el banco, sino que debía hacer rendición de ese dinero en las oficinas de la empresa de Transporte Clasur, que pertenece al mismo dueño, confirmaron fuentes de la comisaría.
Los ladrones aparentemente no siguieron a Becerra, ni siquiera estaba en sus planes emboscarlo en la calle. Lo que sospechan en la policía es que optaron por esperarlo en la esquina de Paula Albarracín de Sarmiento y avenida Ignacio de la Roza, a metros de Clasur. De hecho, la víctima contó en su denuncia que estacionó su auto en esa esquina, descendió y apenas empezó a caminar fue atacado por dos sujetos. Uno lo empujó y otro comenzó a tironearle la bolsa. Becerra se resistió, pero lo tiraron al piso y ahí se apoderaron del botín. A todo eso, aparecieron otros dos sujetos, cada uno con una moto, que recogieron a los ladrones y escaparon a toda velocidad.

