Miguel González se despertó de la siesta dispuesto a continuar su jornada de trabajo. Caminó hacia al patio, se lavó la cara y cargó una botella con agua. En eso estaba cuando no hizo más que darse la vuelta y ya tenía enfrente a cuatro hombres que bajaron apresurados de un auto Ford Fiesta y se le vinieron encima encañonándolo. ‘Viejo: éste es un asalto. Y si te quedas tranquilo, no te va a pasar a nada’, largó amenazante uno de los sujetos, relató la propia víctima. De esa forma empezó el atraco de ayer a la tarde contra ese agricultor de Médano de Oro que fue golpeado, y después maniatado junto a dos obreros, y al que robaron aproximadamente 186.000 pesos, entre moneda nacional y dólares. La banda escapó en auto, pero al rato ese coche apareció abandonado como a los dos kilómetros con una cubierta reventada. Anoche, la Policía seguía la pista del vehículo.

Eran las 14.45 cuando esos sujetos vestidos de obreros irrumpieron a esa finca de calle 10, casi Ramón Franco, y atacaron al propietario, Miguel González (65). El agricultor contó ‘sólo pensé en la nieta (de 17 años) que dormía en su pieza. Los hombres estaban a cara descubierta y me gritaban: la plata, la plata. Venían sabiendo que tenía dinero, porque en esta época se vende y entra algo de plata, pero también sale’. Su mujer, su hija y otros dos nietos no se encontraban en la vivienda.

Los ladrones golpearon a González y lo llevaron adentro de la casa, con un cuchillo en el cuello y apuntándole con armas cortas. En ese instante llegaron dos de sus obreros y los redujeron. A González lo ataron las manos con alambre y lo sujetaron a una cama. A sus empleados también lo maniataron. Los asaltantes entraron a tres dormitorios donde tiraron colchones y revisaron todo hasta que hallaron los 100.000 pesos y 20.000 dólares, que estaban envueltos en diarios debajo de una mesa de luz, según la Policía. La nieta no se enteró lo que pasaba porque los delincuentes nunca entraron a su habitación.

La banda huyó en el Ford Fiesta verde guiado por otro sujeto, pero se les reventó una cubierta y lo abandonaron en calle 10, cerca de Alfonso XIII. Se supone que ahí abordaron otro vehículo. Para la Policía, la clave para atrapar a esos ladrones, con tonada supuestamente cordobesa, está en ese auto secuestrado, que no tenía pedido de secuestro. Anoche, trataban de localizar a su último propietario.