‘No sé qué hubiera pasado si alguno de nosotros llegaba en ese momento (en que robaban) pero de arriba no se la llevaban. Te queda una sensación incómoda porque violaron tu intimidad… y una gran bronca, porque te llevan lo que tanto te cuesta conseguir y te hacen un desastre adentro. Ahora, sólo espero saber quién ha sido’. Toda la indignación embargaba ayer el sargento ayudante (RE) Víctor Luna. Y no era para menos: el sábado a la noche, al menos un par de ladrones le reventaran la puerta de ingreso a su casa y le robaran unos $18.000 de ahorros, tres cadenitas con medallas de oro de sus hijos, dos televisores de 50 y 42 pulgadas, una notebook, una Play Station y una campera de cuero, entre otras cosas.
Fue un golpe arriesgado en esa casa del barrio Cesap, Rivadavia, porque es de una familia de policías: Luna, su hijo y su esposa, la comisario inspector Silvia Neira, jefa del Departamento Comunicaciones de la Policía.
Según Luna, todo pasó entre las 21,45 y las 22,50 del sábado. La familia había salido a una misa del padre de la jefa policial y al volver, encontraron apagadas las luces de afuera que dejaron encendidas, destruida la puerta de ingreso, de madera, y adentro todo revuelto.
Todo indica que los delincuentes usaron un vehículo, porque de otra forma no se explica que huyeran con los televisores sin que nadie en el barrio se percatara.
‘Hace 15 años que vivimos acá y nunca nos pasó algo así, pero nos veníamos salvando porque en esta cuadra ya le han robado como a cuatro vecinos’, dijo ayer Luna, molesto.
