Fueron unos albañiles los que se percataron del fuego y se acercaron a ver. Y lo que vieron los llevó a tomar una decisión urgente, porque en medio del humo y las llamas de esa pequeña habitación en el predio de un exlavadero de autos, en Pocito, estaba un hombre tendido en un colchón, sin reaccionar y quemándose vivo. Lo arrastraron con colchón y todo hacia el exterior, controlaron el fuego en su cuerpo e instantes después comprobaron, ya con algunos vecinos, que además de las lesiones por las llamas en manos, uno de sus brazos y la espalda, presentaba también evidentes signos de haber sido atacado a golpes: "Estaba muy ebrio y tenía los dos ojos morados", graficó un policía. Anoche, buscaban entrevistarlo para que explique lo que le pasó, pues los investigadores creen que lo atacaron a golpes y lo quemaron a propósito.
Todo pasó sobre las 7 de la mañana de ayer en un predio de Agustín Gómez, entre Santa Rosa y Pasaje Patria, en Pocito.
La víctima fue Sergio Guerra, de 31 años, internado en la sala de terapia del hospital Marcial Quiroga, en "estado estable", según sus familiares.
Las lesiones en el rostro por un evidente ataque fue reforzada ayer por los vecinos del lugar, pues precisaron que durante la noche habían escuchado el bullicio propio de las juntaderas que habitualmente se hacían en esa habitación.
Los vecinos y la propia Policía sostuvieron además que el joven herido tenía problemas con el consumo de alcohol y algunas caídas en calabozos a causa de esa situación.
"No sabemos qué pasó pero es evidente que lo golpearon, estamos esperando a poder hablar con él para que nos cuente", dijo anoche Lucas Guerra, hermano de la víctima.
Los policías de la seccional 6ta esperaban también contar con varias pruebas, pero principalmente con la versión del propio Guerra para saber si lo atacaron a golpes e intentaron matarlo prendiéndole fuego.